El legado literario de Carlos Edmundo de Ory -integrado por 8.394 obras entre libros y revistas- desembarcó ayer en el Centro Cultural Reina Sofía sobre las doce y media del mediodía. La empresa encargada del transporte lo había dispuesto en siete palés que aglutinaban las 290 cajas contenedoras del valioso legado y que fueron debidamente desmontados para su trasvase a la segunda planta del edificio.

Ante la mirada atenta y cariñosa de algunos de los representantes del patronato de la Fundación Ory, en la sala en la que próximamente se erigirá este organismo, se iban amontonando poco a poco las cajas junto al resto del patrimonio donado por el poeta universal. Un conjunto de más de 230 obras de arte y enseres diversos que forman parte del universo personal y peculiar del artista y que llegó el pasado viernes al edificio sito en la Alameda, muy cerquita de donde nació y donde ahora yacerá su legado.

El concejal de Cultura, Antonio Castillo, dedicó unas palabras de rotundo agradecimiento al gaditano afincado hasta el momento de su muerte en la francesa población de Thezy-Glimont, poco antes de anunciar una exposición que servirá de primera toma de contacto de Cádiz con Ory. Una muestra para la que todavía no hay fecha ni emplazamiento, ya que podría "ubicarse en la Casa de Iberoamérica o en el Castillo de Santa Catalina", apuntó Castillo, "ya se verá una vez que empiecen las labores de catalogación".

De momento, toca esperar la llegada a Cádiz de la viuda del escritor, Laura Lachéroy, para empezar a desembalar el cuantioso legado. A este acto acompañará la primera reunión de la Fundación Ory, que tendrá lugar el próximo día 25 de abril por la tarde en la misma sede.

En ella participarán los amigos y todos los miembros del patronato, buena parte del cual estuvo ayer representado en la recepción de todos los libros y recuerdos del poeta. Junto a Antonio Castillo asistieron Jesús Fernández Palacios, Pilar Paz Pasamar, Fernando Polavieja, Nieves Vázquez, MªPaz Orihuela, Rosario Martínez, así como los dos técnicos municipales encargados del inventario del legado en su casa de Francia, Carlos Casado y Fernando Osuna.

Durante el acto, Castillo se mostró orgulloso de continuar "el encargo que Ory hizo en vida", dijo poco antes de ceder la palabra a Pilar Paz Pasamar y Fernández Palacios. La escritora habló emocionada del poeta y amigo que fue Carlos Edmundo, al que "conocí cuando llevaba calcetines". A sus palabras siguieron las de su gran amigo Jesús, quien aseguró, también emocionado y algo triste por su ausencia, que "si él estuviera aquí ayudaría a subir una caja o pintaría un dibujo sobre ella".

Durante la cita de ayer, Antonio Castillo repasó el grueso de las piezas trasladadas, entre las que también figuran una colección de cajas que Ory guardaba en su despacho con documentación diversa; una colección fotográfica de su trayectoria y una serie de pinturas de diversos artistas entre las que destacan las de José Hierro y Eduardo Aute.

De la catalogación exhaustiva de cada una de estas piezas se encargará un nutrido grupo de expertos de la Biblioteca Municipal, según comentó a este medio Rosario Martínez, que además de ser miembro de patronato, se situará al frente de este apasionante proyecto que es la catalogación de todo el patrimonio. "Haremos turnos rotativos para que todo el equipo participe de este importante trabajo. Un proyecto al que le daremos un tratamiento casi museístico, el que se merece un legado como el de Ory, ya que cada pieza será radiografiada". En este sentido, Rosario Martínez, bibliotecaria municipal, señaló que se analizarán hasta las dedicatorias y anotaciones que aparecen en los libros. Todas las curiosidades, en definitiva, que compone el particular imaginario del impulsor del postismo.