Crítica música cine

Carla Román, virtuosa entre virtuosos gaditanos

Mucho empeño y duro trabajo, el de la Coral de la Universidad de Cádiz, junto con la Orquesta Álvarez Beigbeder, para sacar adelante un proyecto nuevo, con mucha ilusión.

Y eso que no han faltado los contratiempos, empezando por que hubo que suspenderlo incialmente, el pasado 5 de mayo, y trasladarlo al pasado sábado 23 de junio por un fortuito accidente ocurrido en la preparación del escenario.

Prácticamente sin ayudas externas, la Coral de la UCA y la Beigbeder, y contando solo con la venta de entradas, ha abierto un camino, al que el público gaditano respondió de manera excelente, llenando casi por completo el Teatro Falla.

Haciendo honor al nombre del concierto, El Jardín de los sonidos, la noche se llenó de virtuosismo gaditano. Comenzando con las gaditanas Lara Sansón y Claudia Sansón, ambas al violín. Interpretaron el Concierto para dos violines bwv. 1043 de J. S. Bach, junto con la Orquesta Álvarez Beigbeder agrupada como formación de cámara extensa y continuo. A Claudia Sansón tuvimos la ocasión de escucharla y disfrutar de su virtuosismo, recientemente en enero, en el Teatro de la Tía Norica, inaugurando el ciclo Manuel de Falla. Ahora, junto a Lara Sansón, nos ofrecieron este delicioso concierto de Bach, que nos supo a poco, pese a la excelente propina que nos dieron con un arreglo de Astor Piazzolla para violín sobre su conocido Libertango. Excelente ambas.

El listón estaba muy alto, cuando subió al escenario Carla Román para interpretar el Concierto para piano nº 11 en ReM, hob. XVIII: 11.

Carla es una niña de 10 años, y no lo disimula, cuando mira al público de frente y pasea por el escenario. Pero cuando se sienta al piano, sus manos se transforman. Se independizan del resto de su espigado, pero aún menudo cuerpecito, para interpretar con una sorprendente madurez todo un concierto de Haydn, sin partitura alguna por delante. Su actitud es sorprendente, y con una mirada traspasa al director y a su vez, asiente la correcta entrada del resto de la orquesta. Lo controla absolutamente todo, y además gestualiza lo que interpreta. El público se puso en pie para aplaudirle al finalizar el concierto, y ella correspondió con una propina: Soneto El Petrarca de Franz Liszt. El público volvió a aplaudirla en pié, y ella, como si de lo más natural se tratara, se sentó de nuevo al piano y tocó la Tarantela de Chopin. Hasta el Director, Juan Luis Pérez Madueño se quedó perplejo (pueden verla en el link: https://www.youtube.com/watch?v=cg4rv9nqyeE). Sin duda, el concierto de ayer nos puso de largo en el Teatro Falla a una jovencísima virtuosa del piano, gaditana de nacimiento, ganadora de numerosos premios de piano, y con una gran y prometedora carrera artística por delante. Brava!

El concierto finalizó con la interpretación de una gran obra para coral y solistas: La Misa en Do M Coronación'kv. 317 de W. A. Mozart. La Coral de la UCA, acompañada de la Orquesta jerezana Álvarez Beigbeder, demostraron que la música lo une todo, y que es el verdadero lenguaje universal, sin fronteras. Fue una excelente elección del Director del concierto, Pérez Madueño, esta obra para cerrar de manera solemne un jardín musical lleno de colorido y texturas del S.XVIII y de virtuosismo instrumental y vocal gaditano. Digno de mención y de agradecimiento fue el esfuerzo que la soprano Carmen Jiménez hizo para interpretar su parte de la partitura, pese a que una inesperada afonía le impidió lucir todas sus cualidades como soprano.

Un concierto entretenido, variado, bien planteado, y con sorpresas importantes como la de Carla Román, que llenó el Teatro Falla, pese a los contratiempos y superando en goles, musicales evidentemente, al mundial de fútbol ruso.

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