CINE

Cage y Bruckheimer, otra vez juntos

  • Se estrena La búsqueda: el diario secreto, donde el actor y el productor continúan las peripecias de la primera entrega. La cinta presenta en su trama un desarrollo similar al de bastantes aventuras gráficas

En el año 2003 tuvo lugar una extraña alianza en Hollywood. Jerry Bruckheimer, superviviente del estruendoso dúo de productores que formó con Don Simpson, y responsable de algunas de las películas más macarras de los últimos tiempos, firmaba un acuerdo con la Disney. Que la firma por excelencia del cine más familiar, entonces en una profunda crisis, llegase a tratos con Bruckheimer, demuestra lo necesitada que estaba de sangre nueva. Para el adinerado productor era una época de diversificar sus trabajos, pues había entrado en televisión con series como la afamada CSI. El primer fruto de esta alianza fue Piratas del Caribe, que puso de moda a los bucaneros de nuevo en el cine. El éxito de la propuesta sorprendió a sus responsables y como es sabido dio lugar a dos partes más. Consecuentemente, en 2004 llegó a las pantallas el segundo trabajo conjunto de ambas firmas productoras, La búsqueda, cuya secuela, La búsqueda: el diario secreto llega hoy a las pantallas, con el objetivo de ser una de las películas de las navidades.

El film también recuperaba un género, como era el de las aventuras exóticas, puesto de moda hace casi treinta años por Indiana Jones. Contaba como un buscador de tesoros profesional iba tras la pista de un gran enigma, lo que le llevaba a recorrer parte del mundo. La trama funcionaba como esos videojuegos donde el héroe descubre una nueva pista en cada escenario que le llevaba hasta la siguiente fase de la aventura. Un actor de prestigio, Nicolas Cage, daba vida a Ben Gates, el protagonista, escoltado por Diane Kruger, Jon Voight como su padre y Ed Harris y Harvey Keitel como agentes del gobierno, pues La búsqueda tenía su punto conspirativo, que en su preceptiva secuela se ve corregido y ampliado, ya que las nuevas peripecias de Gates lo llevan a enfrentarse al corazón del gobierno americano, que es tanto como decir del mundial. Aunque ya en su momento tuvo que robar ni más ni menos que la Declaración de Independencia de los Estados Unidos para resolver el primer misterio de su carrera.

Bruckheimer repite con todo el casting de la primera parte, incluyendo a Justin Bartha como el ayudante del cazatesoros y el refuerzo de la gran Helen Mirren en un pequeño pero jugoso papel. Pero ha puesto al guión a Ted Elliot y Terry Rossio, los responsables de la saga de los Piratas del Caribe, lo que garantiza más humor si cabe y espectacularidad.

La trama nos presenta a Gates, que hace un sorprendente descubrimiento. En una página del diario de John Wilkes Booth, el hombre que mató en 1865 al presidente Abraham Lincoln, se insinúa la posibilidad de que un antepasado de Ben participase en el crimen. Su descendiente, que no puede tolerar semejante mancha en tan patriótica familia, empieza a investigar la verdad sobre ese asunto. Sus contactos obtenidos en el primer film le dicen donde puede estar la clave: en el diario secreto del presidente, un documento que recoge los aspectos más ocultos de los mandatos de los inquilinos de la Casa Blanca. Pero ante las dificultades de acceder a él, se le ocurre un descabellado plan: secuestrar al actual presidente para conseguir verlo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios