Montserrat Caballé negó ayer ante el juez haber cometido el fraude fiscal en el ejercicio de IRPF de 2010 del que le acusa la Fiscalía, y alegó que ese año residía en Andorra y sólo se iba a Barcelona para sus consultas médicas y cuando debía tomar algún avión en el aeropuerto de El Prat de Llobregat.

La soprano, que sigue imputada y ha devuelto a Hacienda 300.000 de los 508.462 euros que se le reclaman, está reuniendo el resto del dinero para saldar sus cuentas con el fisco, pero insistió en que lo hace por consejo de sus abogados, no porque reconozca tal fraude.

El juez interrogó a Caballé en la cama de su casa tras alegar la diva, de 81 años, problemas de salud. Según ella, la estructura societaria andorrana la ideó un asesor fiscal suyo que falleció hace tres años, sin que ella estuviera al corriente de esas gestiones. La Fiscalía, sin embargo, mantiene que se trataba de un mero formalismo de la soprano para eludir la tributación correspondiente a Hacienda.