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Cultura

El CAC Málaga, una absoluta referencia

  • El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga muestra actualmente cinco importantes proyectos artísticos, mientras que en la sala Arteadiario, en Jerez, expone González de la Calle

Sin que pueda parecer redundante, cada cierto tiempo, es de obligado cumplimiento llevar a cualquier página relacionada con lo artístico la importante programación realizada en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Su desarrollo expositivo es tan importante que no pasa desapercibido y es necesario aludir al mismo por la significación de sus muestras. Si ustedes, amables lectores, recuerdan, hace unos meses, ya, trajimos a estas páginas las exposiciones de la multidisciplinar artista alemana Kati Heck, la del escultor hindú Sudobh Gupta, así como aquella que hacía referencia a los planteamientos artísticos que Fernando Francés había llevado hasta el C.A.C.Málaga y que, con el título de Las huellas del camino, reverenciaban diez años de exitosa programación con los mejores artistas que, por el Centro, habían pasado.

En estos momentos, cinco importantes proyectos artísticos ocupan las estancias museísticas malagueñas. Por un lado, la gran exposición de Andrés Rábago, el conocidísimo humorista gráfico madrileño que cada día nos deleita con un guiño mordaz que cuestiona la realidad y la sociedad actual. Bajo el pseudónimo de El Roto -en otras ocasiones ha firmado con Ops - este artista nos presenta 271 de sus viñetas realizadas entre 2005 y 2013; como si se tratasen de cinco tableros de ajedrez con sus 64 casillas cada uno, nos sitúan series agrupadas bajo el título de Ecología, Violencia, Ciencia y Economía y una última que titula Epílogo. El Roto disecciona este mundo moderno, sus relaciones humanas, la propia existencia, el poder -el económico y el social- y realiza una introspección sobre este deambular en el que nos hallamos inmersos con pocas probabilidades de cambio.

La segunda de las muestras que tienen lugar en el centro artístico de la malagueña avenida de Alemania nos sitúa ente uno de los más inquietantes artistas callejeros españoles de este momento, un malagueño que ha dejado su impronta apasionante por las calles de muchas ciudades -Valencia, Bilbao, Santander, Ibiza, Faro, Perpignan y, por supuesto, Málaga donde tiene varias obras que no pasan desapercibidas, como la que existe en una de las paredes del canal de Guadalmedina- y que, con su enigmático icono, está transformando los modos de expresión habituales y accediendo a una nueva dimensión artística. Dadi Dreucol es el nombre tras el que se encuentra este artista anónimo que nos demuestra otra manera de plantear lo artístico con una fuerte carga social. La sempiterna imagen que protagoniza los trabajos de Dreucol, ese personaje enigmático, salido de una hipotética tribu y como perteneciente a una transgresora religión, se nos presenta con su pararreal mensaje donde lo conceptual, lo social, lo más desapasionante de esta sociedad, encuentran eco en una metafórica imagen llena de expectación.

El nombre de Brian Donnelly (New Jersey, 1974) puede pasar desapercibido en este mundo amplio del arte más inmediato; pero su pseudónimo, Kaws, es conocido mundialmente por sus trabajos de diseño de todo tipo de juguetes, ropa, zapatillas de deporte, así como, por su manipulación de figuras sacadas de la moderna iconografía, como los personajes de la serie televisiva Los Simpson, que el artista, llama The Kimpson y otros iconos populares como Mickey Mouse, Pinocho, los Pitufos, Bob Esponja o la figura oronda de Michelin. Fue uno de los artistas que dio sentido al movimiento Arts & Toys. Ahora Fernando Francés ha llevado hasta el Centro que dirige cinco gigantescas esculturas con ese modelo especialísimo que el artista crearan para la empresa Companion. Son unas figuras eclécticas, con elementos que nos hacen pensar en muchos de esos proyectos manipulativos del artista estadounidense y que tienen que ver con una juguetería infantil que el autor eleva, gracias a sus grandes dimensiones, a poderosísimas esculturas con equis en lugar de ojos que no dejan indiferentes a un espectador que se siente abrumado ante la contundencia formal de las mismas.

Otra exposición, de muy distinta conformación estética, ocupa las salas de centro malagueño. Se trata la obra del pintor Paco Sanguino, un artista nacido Sevilla, que nos presenta una obra figurativa, titulada Mujeres y Paredes en la que, efectivamente, las protagonistas de ellas son una desnudos femeninos que compiten con unas paredes que lejos de servir de telón de fondo sobre el que se plantea la escena, es un compendio importante de la realidad representada. El artista, por un lado, trascribe una pintura de naturaleza ciudadana; por otro, nos adentra por una metáfora de la sociedad actual dominada por una envoltura urbana que coarta el desarrollo individual y desposee de individualidad a una humanidad que más que vivir en un paisaje, está dominado por él, a pesar de la fuerza natural que lo femenino lleva intrínseco.

Este recorrido por la programación actual del C.A.C. se completa con la videocreación del artista jamaicano Storm Saulter, Waterboot en el que un motorista conduce peligrosamente, realizando acrobacias, mientras habla por un móvil, aunque con una apariencia de normalidad. Un vídeo controvertido en el que se pone de manifiesto muchas de las incongruencias de esta sociedad donde la realidad es, casi siempre, peor que la ficción.

Estos cinco momentos expositivos explican, bien a las claras, el buen funcionamiento de un moderno centro de arte. Diversidad, compromiso con todo lo bueno, universalidad y calidad, mucha calidad, son los parámetros en los que actúa este espacio acertadamente manejado por un director valiente, decidido, que sabe lo que hace y que, además tiene la gran suerte de que lo dejan hacer.

Centro de Arte Contemporáneo Málaga

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