Cuando se estrenó en 2001, sólo unas semanas después del 11-S, no funcionó demasiado bien en taquilla, pero con los años Zoolander, una parodia del mundo de la moda y de la estupidez rampante del culto al cuerpo y las tendencias de temporada, se convirtió en una comedia de culto. Y Ben Stiller, su creador y protagonista, decidió darle una nueva oportunidad.

A unos días de que Zoolander 2 llegue a los cines de todo el mundo, el propio Stiller, junto con su "familia cinematográfica", Owen Wilson y Will Ferrell, y su fichaje estrella, Penélope Cruz, están inmersos en una gira de promoción que ayer recaló en Madrid. "Al principio fue extraño volver a esos personajes, pero después de un año y medio trabajando en ellos empecé a sentirlos como algo natural", señaló Stiller.

En estos 15 años, desde que el descerebrado modelo Derek Zoolander se hizo famoso por sus miradas magnum y acero azul, el mundo de la moda ha cambiado mucho y tanto él como su colega Hansel (Owen Wilson) se han quedado algo desfasados. Y eso que su personaje fue todo "un precursor" del estallido de vanidad que ha traído aparejado el éxito de las redes sociales. Stiller considera que haberse anticipado a ese cambio puede ser uno de los motivos que han convertido esta comedia en película de culto.

"La vanidad es muy humana, pero en estos tiempos se ha exacerbado con los teléfonos móviles, las redes sociales y la gente documentando su vida todo el tiempo", apunta el actor y director, convencido, de hecho, de que "hoy somos todos mucho más zoolanders que entonces", cuando se estrenó su comedia. "La gente ya no pide autógrafos, y recuerdo que eso era algo que sucedía... Pero ahora lo que quiere todo el mundo es hacerse su foto. Soy tan feliz cuando alguien me pide un autógrafo..", bromeó.

Rodada en Roma, Zoolander 2 arranca con Derek y Hansel viviendo lejos de los focos, hasta que un día reciben una invitación para participar en el gran evento del siglo, organizado por la magnate de la moda Alexanya Atoz (Kristen Wiig). En paralelo, ambos son contactados por Valentina Valencia (Penélope Cruz), una agente especial de la División de la Moda de Interpol que investiga un caso de asesinatos en serie de celebridades del pop, que incluye a Justin Bieber.

Aunque la primera película ya contó con colaboraciones de diseñadores, modelos y músicos como David Bowie, Paris Hilton o Tom Ford, en esta segunda parte los cameos son una de las grandes bazas de la película, desde Valentino a Marc Jacobs, pasando por Anna Wintour o Kate Moss. "Han apoyado mucho la película, que supongo que les gusta porque captura algo del ridículo de su mundo", señala Stiller, mientras Wilson le recuerda entre risas que en la primera parte unos modelos masculinos querían marcharse del plató porque se sentían ofendidos.