Cultura

Argentina y la figura del Che, protagonistas del día en Cannes

  • Steven Soderbergh presenta a concurso su película sobre la vida de Ernesto Guevara · El actor Benicio del Toro interpreta al revolucionario argentino

Argentina tuvo ayer papel protagónico en Cannes con la presentación de La mujer sin cabeza de Lucrecia Martel y de Che, del norteamericano Steven Soderbegh, mientras la Quincena de Realizadores descubrió Salamandra, ópera prima de Pablo Agüero.

Con La mujer sin cabeza, Lucrecia Martel introduce al espectador en el alma de una mujer que, tras un accidente, se ausenta mentalmente de sí misma y de su mundo familiar. Después del incidente, la protagonista vive un proceso de ensimismamiento, no parece saber lo que le pasa, no reconoce a nadie, y se deja llevar por la rutina de su vida familiar. Un día le cuenta a su marido que cree haber matado a alguien, pero en el lugar del accidente hay sólo un perro muerto. Las cosas vuelven a su curso normal, hasta que cerca del lugar se encuentra un cadáver.

Como en sus anteriores películas, La Ciénaga (2001) y La niña santa (2004), detrás de las historias individuales, Martel pinta una clase social. Juntas, las tres películas pueden verse como una pequeña comedia humana de la burguesía provincial argentina. La cinta, no obstante, tuvo una fría acogida.

El segundo filme en competición, Che, del norteamericano Steven Soderbergh, es un fresco de cuatro horas y media sobre la vida de Ernesto Guevara, interpretado por Benicio del Toro.

Palma de Oro en 1989 por Sexo, mentiras y cintas de vídeo, Steven Soderbergh participa por tercera vez en Cannes con Che, película que el director deseó hacer porque estaba "fascinado" por "la vida digna de una novela de aventuras" del Che, de quien quiso mostrar "el proceso mediante el cual un hombre dotado de una voluntad indomable descubre su capacidad de inspirar" a otros hombres, según declara el director en un texto entregado a la prensa.

En la Quincena de Realizadores, Cannes descubrió otra película argentina, Salamandra, primer largometraje de Pablo Agüero, crónica de una infancia en exilio a través de la historia de un niño trasladado de la ciudad a un rincón perdido de la Patagonia, El Bolsón, localidad en la que encuentran refugio post-hippies, iluminados y fugitivos de la justicia o de sí mismos.

En Una Cierta Mirada, se estrenó otra ópera prima de otro director latinoamericano, la fascinante A festa da menina morta, del brasileño Matheus Natchtergaele.

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