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Cultura

Argentina se estrena en Berlín con la conmovedora 'El niño pez'

  • La película versiona una novela escrita por la propia directora, Lucía Puenzo, y presenta una sobrecogedora historia de amor que llega a derivar en 'thriller'

Argentina abrió ayer su paso por la Berlinale con la conmovedora El niño pez, de Lucía Puenzo, una sobrecogedora historia de amor entre dos amigas adolescentes que se transmuta en melodrama, thriller e incluso en cine fantástico.

La hispano-argentina El niño pez se proyectó dentro de la sección de Panorama, fuera de concurso, y conquistó con la mezcolanza de pasiones que las protagonistas, Inés Efron y Mariela Vitale, encarnan en pantalla y que pasan por el deseo, la pasión, los celos y la rabia.

"Quería que fuera como un estallido, pero silencioso, interno" explicó ayer Lucía Puenzo, su directora, que debutó en el cine con gran éxito de crítica y público gracias a XXY (2007).

El niño pez narra el intenso romance entre Lala (Efron), una joven adinerada de Buenos Aires, y su empleada doméstica paraguaya, interpretada por Vitale, Ailín, alias 'la Guayi'.

Basada en una novela escrita por la propia Puenzo, la cinta revierte el orden lineal de la obra y comienza con la huida de uno de los personajes para desgranar, a golpe de flashback, los antecedentes de la historia.

"Lala está confusa y desorientada en un momento de la trama y es el espectador quien debe tomar los retazos de la historia fragmentada para recrear los acontecimientos", apuntó Puenzo.

Esa configuración escénica permite al espectador acompañar a Lala en el "recorrido emocional" desatado en un punto de la historia y que "rompe su mundo en pedazos", según la directora, de 33 años.

"Lo más importante era encontrar el ritmo de la película. Y, cuando llegamos al montaje, me di cuenta de que en su versión lineal no lo tenía. Así que empecé a cortar y recomponer hasta dar con el tempo que buscaba", dijo.

La cinta cuenta con la participación de los españoles Pep Munné -en el papel del padre de Lala- y de Carlos Bardem, que interpreta a un comisario corrupto, y recupera para la gran pantalla a Arnaldo André, veterano galán de telenovela en Argentina.

André, a quien Puenzo describió como alguien muy "generoso" capaz de una "enorme grandeza" y de "parodiarse a sí mismo" en pantalla, encarna en la cinta al padre de la Guayi, un papel creado ex-profeso para él, resultado de combinar los personajes del hermano y el abuelo de la chica en la novela original.

No es esa la única concesión de la película con respecto a la novela (escrita por Puenzo hace diez años), pues se pasa de un protagonista literario canino -Serafín, el perro de Lala- a la propia Lala, en la cinta, lo que implicó una completa vuelta de tuerca en la óptica de la narración.

Paraguay se presenta en el filme como el lugar de escape soñado por las amantes, en el que confluyen sus sueños de libertad y rebeldía y las fantásticas leyendas del país, como la del niño-pez que da título al filme.

Además, 'la Guayi' habla y canta en guaraní, un idioma "melodioso" y con "algo del canto de los pájaros", según Puenzo.

Convencida de que el origen subjetivo de sus trabajos es siempre "un misterio, puro capricho", Puenzo considera que a la hora de narrar una historia debe prevalecer "una escena poderosa" y no un tema, porque si no ésta se vuelve "seca y puramente racional".

Ayer también se proyectó The Reader, la cinta que llevó a la capital alemana a actores de la talla de Ralph Fiennes y Kate Winslet, parte del despliegue de estrellas que llevará a Berlín a Demi Moore, Michelle Pfeiffer o Keanu Reeves.

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