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Observatorio de la provincia

Un salto de dos siglos

  • La renovación de la línea férrea entre Algeciras y Bobadilla reducirá dos horas el trayecto a Madrid y abrirá de par en par una olvidada puerta hacia el interior de la Península y Europa para las mercancías

La línea férrea entre Algeciras y Bobadilla (Málaga) pasará en algo más de tres años de ser una infraestructura obsoleta y con reminiscencias del siglo XIX a un moderno tendido electrificado de altas prestaciones que conectará la Bahía de Algeciras y su puerto con Antequera y el resto de la red de alta velocidad española.

La renovación, que supondrá un salto de casi dos siglos en tecnología, ya está en marcha en uno de los tres tramos en que se divide el trazado, que en total mide 175,6 kilómetros. El primero de ellos, que discurre entre Antequera (Bobadilla) y Ronda -69 kilómetros-, se encuentra en fase de estudio informativo. El tercero, entre San Pablo de Buceite (Jimena) y Algeciras -a la vez subdividido en otros dos que suman en total 47 kilómetros- está en proyecto pero Fomento ya tiene previsto invertir en él 190 millones de euros. Además, el departamento estatal de infraestructuras estudia en estos momentos cómo integrar el ferrocarril a su llegada a Algeciras con opciones entre las que se encuentra el soterramiento.

El tramo central de los trabajos -entre Ronda y San Pablo de Buceite, con 59,6 kilómetros- es el que se encuentra completamente en ejecución desde el año pasado por un monto total de 176 millones de euros. Es, también, el de más difícil ejecución con una planificación milimétrica de las obras.

El tráfico de mercancías será el principal beneficiario de la renovación integral -desde el punto de vista meramente económico- una vez que estén terminados los tres tramos. Un solo dato confirma la incapacidad de la infraestructura actual para dar salida a las mercancías de la industria y la actividad portuaria: menos del 3% de las expediciones del sector secundario del Campo de Gibraltar -primero de Andalucía y segundo de España- se trasladan por ferrocarril hacia el resto del país, según los datos que maneja la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI), entidad que aglutina a diecisiete empresas. La industria se ha decantado tradicionalmente por el tráfico marítimo si bien éste, a su vez, tiene muy limitada la entrada de mercancías hacia el interior peninsular.

Se trata, por tanto, de una demanda muy perseguida por ambos colectivos y a la que el Ministerio de Fomento se ha comprometido a dar solución en algo más de un trienio, si bien condiciona los plazos exactos al desarrollo y ejecución de los cinco proyectos en que se dividen los tres tramos del eje ferroviario, llamado a ser el inicio y destino de los corredores transeuropeo (Algeciras-Madrid-Sines-París) y la red mediterránea (a través de Almería, Valencia y Barcelona). Los trenes de mercancías podrán incrementar su longitud de los 450 metros hasta un máximo de 750 gracias a que se ampliarán los apartaderos de la Indiana, Jimera de Líbar, Cortes de la Frontera y Gaucín.

Los pasajeros también obtendrán evidentes beneficios con la reducción del tiempo que separa Algeciras de la capital madrileña. De las actuales cinco horas y cuarenta minutos se pasará a tres horas y cuarenta minutos. 120 minutos, dos horas, de ahorro para un trayecto que se hacía interminable para el viajero desde Bobadilla a pesar de contar con vistas exclusivas -a poco más de 70 kilómetros por hora- de los espacios naturales de Grazalema, Sierra de las Nieves y Los Alcornocales.

Precisamente son estos enclaves los que condicionan la ejecución de las obras del tramo central por su compleja orografía y las férreas restricciones contempladas en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Las empresas adjudicatarias tienen prohibido la apertura de nuevos accesos -toda la renovación deberá hacerse utilizando la actual vía como única plataforma- y una parada biológica muy restrictiva que impide realizar desbroces y el tratamiento de taludes entre marzo y junio para evitar la afección a la reproducción de las aves; tampoco se podrá trabajar entre enero y julio en el Cañón de las Buitreras para no interferir en la nidificación de diversas especies y se parará todo el trabajo de marzo a octubre en el entorno fluvial para no interferir en la reproducción de las nutrias.

Los trabajos de este tramo rebajarán la rasante de 14 túneles para permitir la futura instalación de la catenaria de electrificación y levantarán dos viaductos. La fase más importante de los trabajos comenzó la pasada semana y obligará a mantener cerrada al tráfico la vía durante, al menos, cinco meses. Mientras duran las obras centrales de esta infraestructura, Renfe y Adif han habilitado un servicio de autobuses lanzadera para los pasajeros con destino a Madrid y Ronda, así como vías alternativas para las mercancías hacia Sevilla.

Cuando la renovación integral esté lista, dos terceras partes de la red elevarán la velocidad de crucero de los trenes hasta los 160 kilómetros por hora, siendo el máximo de 300 entre Ronda y Bobadilla. Los 123 pasos a nivel serán eliminados e incluso la distancia total, de 160 kilómetros, será más corta que antes. La alta velocidad será entonces realidad.

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