Observatorio de la provincia

Cabezazos contra la burocracia

  • La indefinición urbanística de la Junta y la lentitud administrativa han espantado a numerosos inversores

¿Cuánto tiempo estaría usted dispuesto a esperar, buceando entre papeles, para ver su proyecto empresarial en marcha? Hay experiencias en el sector del urbanismo que fijan el punto de desesperación máxima de un inversor en unos cinco años. Cinco años de burocracia, a la espera de planes de ordenación más dictados en la mayoría de las ocasiones por criterios políticos que técnicos, cinco años de informes sectoriales, comisiones urbanísticas, plazos administrativos, compromisos incumplidos y frustraciones. Así, hasta que uno decide hacer las maletas y marcharse, pongamos por caso, a Panamá, a la búsqueda de vientos favorables.

Fue la decisión de los hermanos Eusebio e Isidro Martín. A principios de la última década, estos deportistas de élite ya retirados decidieron vender su compañía de equipamientos informáticos para dedicarse a negocios inmobiliarios, turísticos y deportivos. Fundaron la empresa Armoniza y eligieron la provincia de Cádiz para desarrollar sus primeros proyectos de campos de golf con hoteles y grandes residenciales. Bornos, Espera, Arcos y Medina fueron sus objetivos, con una inversión global estimada en 1.200 millones de euros en plena edad de oro del ladrillo, en torno al año 2003.

El grupo tenía muy serias intenciones. En la temporada 2006/2007, escenificó su apuesta por el destino con el patrocinio del Cádiz Club de Fútbol. Pero todo se desvaneció a causa de la indefinición urbanística de la Junta de Andalucía durante la última legislatura, con constantes modificaciones normativas y con una moratoria de hecho aplicada a los complejos residenciales y de golf. Para frenar los incuestionables abusos del sector, la Administración regional decretó sin anunciarlo cuatro años de 'no' sistemático para todos los promotores, fueran a invertir en Marbella o en Espera.

Los hermanos Martín se cansaron de esperar y en 2008 se centraron en Panamá. Seis meses después de llegar, y sin tener contactos previos en el país centroamericano, iniciaron la comercialización de sus primeros proyectos. "Las exigencias son duras, pero todo es más ágil", apuntaba entonces Eusebio Martín.

Los planes de Armoniza en Cádiz están hoy "peor" que hace seis años. Son papel mojado, como el de la promotora Malvern Estates en Medina. La firma británica firmó un convenio con el Ayuntamiento en 2004 para el desarrollo de la finca Pocasangre. Fijaron un plazo de 30 meses para el desarrollo del plan. 60 meses después, sin avances y con unas pérdidas de tres millones, Malvern cerró su oficina en Medina y puso pies en polvorosa. "Nos concentraremos en proyectos más fructíferos", remataron los inversores.

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