Zacatecas, un cañonero mexicano confiscado en el 36
En 1932, México encargó la construcción de varias embarcaciones al gobierno de la Segunda República. Esta es la historia de una de ellas.
LOS BARCOS ESTÁN VIVOS, POR ESO SERÁ QUE SON BAUTIZADOS Y SE LES PONE NOMBRE.
Su vida está escrita en sus travesías, sus guerras, tempestades o sus singladuras. Vivos, hasta que, por una mala mar, naufragan; por un torpedo, se hunden; o, de viejos oxidados, desaparecen en el desguace.
La vida del Zacatecas comienza con la llegada de la Segunda República, que impulsó el entendimiento entre los gobiernos español y mexicano. El país americano tenía necesidad de renovar su obsoleta flota para defender su muy extensa costa, y el español necesitaba paliar la escasez de carga de trabajo en los astilleros y descender los altos índices de paro provocados por la crisis financiera.
Esta historia tiene casi un siglo de vida, pero sigue siendo tan actual como el desempleo de la Bahía de Cádiz y la falta de trabajo en sus astilleros.
A finales de 1932, se firmó el acuerdo por la cantidad de 73 millones por 15 embarcaciones: 3 cañoneros de 1.300 Tn, 10 guardacostas de 180 Tn y 2 transportes-cañoneros de 1.600 Tn. En Matagorda se construyó uno de los cañoneros pequeños, el Potosí, y fue botado el 24 de agosto de 1934. Diario de Cádiz contó cómo las autoridades fueron llevadas desde el muelle de la ciudad en remolcadores y auxiliares hasta Matagorda. Entre ellas, el escritor José María Pemán y su familia. Para las innumerables autoridades con grandilocuentes cargos se sirvió un suculento almuerzo. No faltaron los discursos, los alaridos patrióticos de "¡Viva España!" y "¡Viva México!". Además, se interpretaron el himno mexicano y el del Riego por una banda de música.
De los dos grandes cañoneros encargados, uno fue construido en Valencia por la Unión Nacional de Levante y bautizado como Durango, botado el 28 de junio de 1935 y entregado la marina mexicana el 14 de julio de 1936, poco antes del golpe de Estado. Su gemelo gaditano, en Echevarrieta y Larrinaga, tomaría el nombre de Zacatecas.
La botadura del Zacatecas tuvo lugar el 28 de agosto de 1934, como informó Diario de Cádiz en su primera página. Con un eslora de 85,80 metro y una manga de 12,20. Capaz de transportar 1.600 toneladas a una velocidad de 19 nudos. Podía alberga a 500 hombres y 33 cabezas de ganado. Habría que destacar de aquella embarcación su armamento: dos cañones de 101'6 mm P.V., dos ametralladoras dobles AA de 25 mm H., dos ametralladoras cuádruplet AA de 132 mm H. Pero también que disponía de un departamento destinado a la enfermería, con diez plazas, duchas, W.C. y sala de operaciones. Además, contaba con una cámara frigorífica que permitía la fabricación de hielo, la refrigeración de la munición, además de aliviar el calor en cámaras y camarotes.
Este buque era el número 28 de los construidos en esta factoría. La colocación de la quilla se había realizado el 29 de noviembre y simbólicamente el alcalde de Cádiz y el cónsul de México habían puesto los primeros remaches. Su construcción había estado comandada por el ingeniero naval Juan Campos Martín. A la botadura asistieron generales, el gobernador civil, cónsules e ilustres políticos de la ciudad, entre ellos José Leon Carranza y su hermano Ramón. La madrina fue Elisa Marcov, obsequiada con una valiosa pulsera de platino y brillantes, esposa del capitán de navío mexicano Gómez Maqueo.
El buque fue lanzado a las tres y veinticinco, justo en el momento que en el horizonte de la ciudad el famoso Graff Zeppelin sobrevolaba el cielo gaditano rumbo a Sevilla. Todos alabaron las virtudes de los trabajadores gaditanos y habituales eran los vítores de los obreros cuando tocaba el mar una nueva embarcación. Sin embargo, no fue así; para muchos, aquello significaba perder el jornal, el trabajo.
Como era habitual, la noche anterior, en el campo de tenis de la piscina, se celebró una animada cena en honor de la comitiva naval mexicana. Todas las autoridades de la ciudad y el astillero allí estuvieron, y el menú fue el siguiente: Aperitivos y fruta, Consomé de ave doble taza, Guarnición madrileña, Pieza de pescado moscovita dos salsas, Silla de ternera Soubaroft to'osana, Supremas de pavi-pollo Bella Vista, Rusa de ave, Espárragos de Aranjuez, Salsa Robert, Tarta Mexicana, Fruta del tempo, Mont Blanc, Biscuit glacé Arlekin, Fricandices parisien, pastas surtidas, Melón frané al Kirch y vinos de Jerez, Solera 37, Viña Albina blanco. Mote Real tinto. Champan, Domecq V y Cognac Vergara.
En julio de 1936, el Zacatecas continuaba en el astillero gaditano. Entonces fue confiscado por los sublevados y rebautizado como el Calvo Sotelo. No fue hasta mayo de 1938 cuando se realizaron las pruebas de mar y finalizó su construcción. El estado de guerra hizo que no se le permitiera a Diario de Cádiz informar sobre el evento, al tratarse de un objetivo militar. Aquellas circunstancias bélicas y las dificultades en su construcción hicieron que el Calvo Sotelo acusara, durante el resto de su vida, una falta de estabilidad que condicionó su historial marítimo. Con una participación escasa en la Guerra Civil. Funcionando entre junio y agosto de 1938 como buque de instrucción de guardia marinas. En septiembre se incorporó a labores de vigilancia en el Estrecho. En enero de 1939, bombardeó Adra (Almería), La Mamola y Castell de Ferro (Granada). Por la costa de Málaga, realizó labores de patrulla y en Cartagena, de escolta del contingente que ocuparía la ciudad. Hasta 1941 estuvo en el apostadero de Santa Isabel, actual Malabo, en Guinea Ecuatorial. En la posguerra, descansó en Tarifa como buque nodriza de la escuadrilla de Lanchas Torpederas, de procedencia alemana, que llegaron a España en 1943 y tuvieron su base en el Puerto tarifeño desde 1944 hasta 1977.
El Calvo Sotelo solo realizó algunos viajes esporádicos a localidades del Levante español. Y en 1952 finalmente, volvió a La Carraca, para nunca más navegar. Permaneció como pontón hasta abril de 1957, cuando fue desguazado. Su hermano gemelo, el Durango, sin embargo tiene una larga vida: permaneció en activo hasta 2001 y se conserva como buque museo en el estado mejicano de Sinaloa. En el recuerdo, la historia del Zacatecas, del Calvo Sotelo o como quieras llamarlo.