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Provincia de Cádiz

La flota de cerco vuelve al Golfo con esperanza en la mejoría del caladero

  • Una treintena de pesqueros barbateños y más de 600 marineros retoman la faena en aguas gaditanas y el mes que viene podrán regresar a Marruecos

Una treintena de barcos dedicados a la modalidad de cerco y unos 600 marineros de Barbate se incorporarán esta noche, si la meteorología no lo impide, a la actividad pesquera, después de culminar el periodo de parada biológica establecido por la Unión Europea para las aguas del Golfo de Cádiz.

Este regreso al caladero nacional se hace con la esperanza de que se haya posibilitado la regeneración de especies como el boquerón o la sardina, y de que el esfuerzo de la parada se vea ahora recompensado en la lonja, según destacó, José Manuel Martínez, patrón mayor de la Cofradía barbateña.

La inactividad de la flota se amplía en un mes más para el caladero de Marruecos, que se encuentra en parada técnica hasta el uno de abril. Es una incógnita el estado en el que los pescadores se encontrarán esas aguas, a las que no acuden desde el pasado mes de octubre.

La desgana por acudir al caladero marroquí era debida al alto coste del combustible y a la poca rentabilidad de las capturas. Estos factores llevaron a los barcos a no prorrogar las licencias el pasado mes de enero. La situación podría haber llevado a otros barcos a valerse de estas licencias pero, por respeto a la flota barbateña, el relevo no se produjo, explicó Martínez.

Estos meses de parada han sido aprovechados por los armadores para pasar los barcos por los varaderos para adecentarlos y corregir algunas averías, mientras que la flota ha realizado diversos cursos de preparación, formación y seguridad a bordo.

Uno de los barcos que durante estos últimos días se abastecía de combustible, víveres e hielo, y se preparaba para la salida de esta noche es el pesquero Trafalgar, cuyo armador, Antonio Moreno, supervisaba desde el puerto de la Albufera de Barbate todos los detalles. "Tenemos esperanza en que el caladero esté recuperado después de tres meses, aunque todo dependerá después de los precios que se logren en la lonja, donde entran capturas de otros mercados como Italia y Croacia que abaratan mucho los precios", relataba.

Moreno, de 68 años y enrolado desde hace medio siglo, destacaba que la pesca no depende de la hora en que se salga a faenar, o de la hora a la que se llegue a la lonja, sino del mercado y de la cantidad de capturas que se comercialicen ese día.

Este armador reseña que lo ideal sería vender en la lonja de Barbate, pero al estar la flotilla pescando frente a la costa de Chipiona no puede llegar a su localidad a la hora de la puja. Por eso acuden a la lonja de Cádiz, donde hacen las descargas, dejan amarrado el barco y se vuelven en una furgoneta a su localidad para comer y volver unas horas más tarde de nuevo a la faena en la capital.

La semana laboral de cualquier marinero de Barbate comienza el domingo por la tarde. Sobre las siete salen de esta localidad jandeña y una hora más tarde ya están embarcados. Durante la noche y la madrugada echan las redes y cada una de las embarcaciones se encomienda a los conocimientos de sus patrones y a la suerte de las corrientes y la meteorología.

Sobre las ocho o las nueve de la mañana ya están en el puerto de Cádiz con su ansiado tesoro, la bodega repleta de cajas de boquerones y sardinas, que se enfrentan a un mercado que ya a esa hora puede estar saturado de mercancía llegada a través de los mercas, de otros puntos tan distantes como Italia o Croacia.

El pesquero Trafalgar lleva a bordo entre 14 y 15 marineros, todos ellos hombres curtidos en la mar, que se enfrentan a un gran esfuerzo físico no siempre recompensado para cada semana llevar un salario para mantener a sus familias. Estos ingresos se reparten a medias con el armador tanto en los gastos como en los beneficios.

Sobre la vuelta a Marruecos, Moreno confía en el regreso a dichas aguas, aunque también recuerda que "hay mucha competencia con los barcos marroquíes". "Ellos pescan donde quieren, mientras que los barcos barbateños tienen su zona delimitada en el norte y no pueden salirse de ella, ya que se exponen a fuertes multas", recuerda.

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