Provincia de Cádiz

"Nuestro sueño es que regrese la Venezuela de antes o mejor"

  • Venezolanos que residen desde hace poco tiempo en la provincia explican cómo viven pendientes de lo que ocurre en su país, donde faltan comida y medicamentos

“Yo jamás había visto a un niño de cinco años recogiendo comida de la basura. Eso no es justo. Algo muy grave está pasando”. Kevin Velásquez evoca esa imagen del niño cuando compara la situación que soporta Venezuela ahora con la del país que acogió y en el que vivieron sus abuelos españoles, emigrantes gallegos en los años cincuenta. Hace casi un año, Kevin hizo el camino en dirección contraria a la de ellos. “Es la mejor decisión que tomé en toda mi vida”, dice rotundo por teléfono desde El Puerto de Santa María, donde reside.

Kevin tiene 25 años. Es enfermero y trata ahora de que homologar su título. Mientras tanto, trabaja en una empresa de seguridad. Su relato sobre el panorama que afronta su país es muy parecido al de otros venezolanos que han venido a España: “Yo era menos que de clase media. Estuve trabajando en un hospital. Las personas morían junto a mí porque no teníamos medicamentos para salvar a los pacientes. Medicamentos no hay, comida no hay, seguridad no hay y la delincuencia crece cada día más. Sales a la calle y tienes que tener diez mil ojos encima porque no sabes en qué momento puede pasar algo. Yo que viví Venezuela en carne viva sé lo que estoy diciendo”.

La familia de Kevin se ha repartido por unos cuantos países. Tiene primos en Perú, en Chile, en Ecuador, en Uruguay... Y también en España, en Galicia, en la tierra de sus abuelos. Cuando vivía en Los Teques, una ciudad cercana a Caracas, formaba parte de una familia unida que ha ido desperdigándose en busca de una vida mejor.

No es optimista respecto a la situación política en su país. La observa desde aquí con preocupación y con temor: “En cualquier momento se espera una guerra civil en Venezuela. Hay dos bandos. El sistema socialista en Venezuela es una mierda. Así de claro. A lo mejor lo que quisieron hacer en Venezuela estuvo bien. Pero no salió bien, se agotaron los recursos del país, se comieron todo, destruyeron hasta las empresa más importantes de Venezuela, que es el petróleo. Ahora con el nuevo presidente, Juan Guaidó hay una pelea de poderes”.

Kevin dice que cuando llegó aquí tuvo mucha suerte, que le ayudaron mucho y muchos. Llegó sin nada, sin familia, y lo recibieron personas ajenas a su familia que nunca pensó que le ayudarían. No sólo tuvo que enfrentarse a la difícil tarea de conseguir trabajo. La adaptación requiere incluso aprender a hablar de otra manera. “El idioma es el mismo, pero tienes que aprender a modular tus palabras, a decirlas para que te entiendan. Pero la gente me ha apoyado aquí, me han ofrecido ayuda, tanto moral como mentalmente. La gente aquí es una maravilla”.

Hace tres meses pudo traer a su madre. Allí tiene aún familiares directos que está deseando dejar el país. “Es sumamente difícil traer a toda la familia. Si pudiese, la traería a toda”. Sobre todo, explica, para que dejasen de vivir con la zozobra de la inseguridad y pudiesen recuperar lo que él y su madre tienen ahora: “Estar tranquilo, saber que sales a la calle y no te van a matar”.

Desde Jerez, donde reside, también por teléfono, otra venezolana, Sileiny Hernández, menciona la inseguridad en las calles como un problema grave en su país. “No me hubiese ido de allá. Como médico estaba bien. El médico venezolano está muy mal pagado aunque eso no era para irse. Pero hay mucha inseguridad, no puedes andar por las calles tranquila, con riesgo de que te puedan atracar, de que te puedan asesinar. Son muchas cosas que tenemos en contra”.

Sileiny tiene 37 años. Hace tres meses que llegó a España y, como Kevin, está tramitando la homologación de su título para poder trabajar como médico. Tiene la doble nacionalidad, española y venezolana, porque su padre es canario. También observa con mucha preocupación la situación que vive su país. “Hay una crisis humanitaria muy grande y estamos esperando que todo salga adelante. Nuestro nuevo presidente Juan Guaidó es nuestra esperanza. Se está pasando muy mal. Hay necesidades de medicamentos, la gente no está comiendo como es debido, no hay comida, no hay nada, no hay nada. Ese es nuestro sueño, que regrese la Venezuela de antes o mejor. Porque Venezuela es muy bella. En todo”.

Aquí en España, se lamenta, algunas personas todavía no creen que la situación en Venezuela es tan “seria”, tan complicada, como ellos la describen. “Que vean que es verdad, que nosotros hemos salido de nuestro país por mejorar, por ayudar a nuestras familias que están allá. Vivimos siempre así, con el alma como pequeñita: estamos acá pero nuestra familia está allá. Mi madre, por ejemplo, es diabética y tiene artritis y no tiene medicamentos ni tiene cómo hacer una dieta adecuada a su patología. Los hospitales están pasando una crisis grandísima. No hay ni una inyectadora para colocarle los medicamentos a un paciente. Es grandísimo el problema”.

Manuel Crujeiras, gaditano, que vive en Río San Pedro, en Puerto Real, habla a diario con venezolanos que están allá. Colabora con Cruz Roja y está muy al tanto de lo que ocurre en Venezuela. Hace unos años vivió en Maracaibo un tiempo y ahora ayuda a instalarse los que vienen, les auxilia en su nueva vida de emigrantes. Le cuentan que en la calle asesinan por unas zapatillas deportivas, que la inseguridad es máxima. “Tienes que ir con el móvil escondido porque si notan que lo llevas, te encañonan. Esa es la realidad, no la que nos quieren enseñar aquí algunos políticos de la izquierda”. Manuel cuenta que tiene amigos de Podemos y que estos días les ha respondido en Facebook. “Cuando uno conoce Venezuela no puede callarse. Tienen una idea equivocada y hoy me han dado la razón”.

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