Dos años. Una fecha límite. Un problema global. La actuación del tranvía cumple su segundo aniversario con la vista puesta en el 24 de Septiembre y la crisis económica soplándole en la nuca, un escollo más que considerable para cumplir el primero de sus objetivos. La realidad, a pie de obra, es que la intervención no está parada, aunque sí francamente mermada, especialmente en algunos tramos en los que la actividad es inexistente.

De esta manera, vecinos y comerciantes de la calle Real en el tramo comprendido entre la fuente Tusquets y la rotonda de Borrego han manifestado sus quejas respecto a esta situación. "Hace mucho tiempo que los obreros dejaron de trabajar aquí", explicaba a este periódico uno de ellos, refiriéndose a dos puntos clave en esta arteria, las dos glorietas. "Sobre todo en la que da salida y entrada desde Cádiz las retenciones en horas punta son excesivas", añadía. Se refería este vecino a la modificación en el trazado en ambos puntos por la obra, lo que obliga a los vehículos a circular con mayor precaución.

En el otro extremo de la ciudad, la Venta de Vargas, sí se registra actividad aunque, también denuncian los vecinos, bastante escasa, especialmente teniendo en cuenta que ese punto, enclavado entre el castillo de San Romualdo y la actuación del Puente Zuazo, es clave en las comunicaciones con Chiclana y es clave también en la conmemoración del Diez el 24-S. De hecho, hace menos de un mes que los ex socios de gobierno populares denunciaron retrasos en esta zona. El PP se hacía eco además de la posibilidad de rescisión de contratos a los trabajadores. En uno y otro extremo de la ciudad este rumor corre como la pólvora. Lo cierto es que se nota una reducción de plantilla considerable, a pesar de las fechas.

Pero, por otra parte, sería injusto no reconocer todo lo que se ha avanzado en este año, un año en el que gran parte del tramo urbano de esta vía esencial en la localidad ha culminado su transformación. Un año en el que -hay que reconocer- ha habido periodos de una intensa actividad en varias zonas de actuación a la vez. Se ha trabajado en la introducción de las nuevas conexiones, modificando primero el interior de la calle en una profunda obra para después transformar su aspecto exterior con el enlosado y la colocación de las guías sobre las que discurrirán los raíles.

Paralelamente se ha avanzado desde las distintas administraciones en la reordenación de la realidad ciudadana, no sólo del tráfico -sobre el que se diseñan vías alternativas de circulación- sino también en el respaldo económico a un sector comercial que ha visto perjudicados sus ingresos. Recientemente desde la Consejería de Obras Públicas se han aprobado unas ayudas amparadas en la conmemoración del Diez para locales y bares de toda la localidad que por supuesto tendrán especial incidencia en la zona de Real. Así, Bicentenario y tranvía se entrecruzan hoy en este extraño cumpleaños.