sector industrial en la Bahía

En solo 18 meses y bien a la primera

  • Satisfacción en Iberdrola por el resultado del trabajo de Navantia Puerto Real con la subestación de su primer proyecto eólico marino, el 'Wikinger'

Han pasado 4 meses desde que la subestación eléctrica Andalucía, como fue bautizada, partió desde la Bahía de Cádiz para instalarse en su destino final. La enorme estructura fabricada por Navantia Puerto Real para Iberdrola recorrió la distancia que la separaba del astillero hasta su ubicación actual, a 30 kilómetros de la Isla de Rügen y ocupando una superficie de 32 kilómetros cuadrados en el Mar Báltico, en Alemania.

Hoy, más de cuatro meses después, la responsable de Iberdrola en el proyecto Wikinger, Patricia Salamanca, hace balance. Vía telefónica, explica a este periódico que su primera conclusión es que el astillero de Puerto Real logró el hito de hacer realidad algo que construía por primera vez, una subestación eléctrica para un parque eólico marino y, además, lo hizo en 18 meses y sin errores. Llegó a su ubicación definitiva el pasado 25 de agosto (12 días después de que abandonara el astillero puertorrealeño). Una vez en su destino, hoy día, los responsables de su puesta en marcha sólo tienen palabras de satisfacción. Y uno de los elementos que llevan a ese estado es el flotel que Navantia ha instalado junto a la subestación con capacidad para 80 personas. "Eso está haciendo que los trabajos no se interrumpan y que podamos trabajar a dos turnos día y noche", asegura Salamanca. Ahora quedan varios técnicos que viajaron desde Navantia Puerto Real supervisando que los últimos trabajos del commisioning (puesta en marcha de la subestación) finalicen. Junto a ellos, operarios de distintas contratas de la Bahía.

El mayor reto hasta la fecha ha supuesto, como explica Patricia Salamanca, unir las dos partes: subestación y jacket. "A continuación empezaremos con la maniobra para dotar de energía a la subestación a través de su unión con los equipos eléctricos", añade. Pero, en tiempos en los que la factoría de Puerto Real ha visto cómo crecían las dudas con el traslado de parte del trabajo que tenía encomendados para los cuatro petroleros tipo Suezmax, la satisfacción del que está llamado a ser un cliente de futuro, como es Iberdrola, es absoluta. "La construcción de la subestación ha sido única por varios motivos: en primer lugar, es la primera vez que Iberdrola hace la ingeniería de un elemento offshore; ha sido la primera vez que la encarga íntegramente a una empresa española; ha sido la primera vez que Navantia ejecuta una infraestructura de este tipo. Y todo ha salido bien a la primera", asegura.

Además, Salamanca admite que, una vez finalizados los trabajos en Puerto Real, fue necesario embarcar los elementos en dos barcazas, una para la subestación y otra para su soporte. "El transporte tuvo que ser diseñado específicamente para aguantar el paso por el Golfo de Vizcaya, pero todo fue bien", detalla. Sin embargo, para el próximo encargo a Navantia Puerto Real, la subestación del otro proyecto estrella de Iberdrola, el East Anglia One, "se ha diseñado para que se haga todo en un módulo".

La elección del astillero de Puerto Real tampoco fue casual. Como indica Patricia Salamanca, "las condiciones de este dique no las tiene ningún otro y hacer todo esto en año y medio y además cumpliendo con los tiempos y con la máxima calidad hace que la relación entre ambas partes sea muy buena". Por eso, concluye, "todo esto hace que Navantia tenga muchas posibilidades de seguir adjudicándose proyectos como este".

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