El queso se convirtió ayer en el gran reclamo promocional para la Sierra de Cádiz y en concreto, para la localidad más pequeña de la provincia, Villaluenga del Rosario, que se vio prácticamente desbordada por la numerosa afluencia de visitantes. Este municipio, con apenas 500 habitantes y famoso por sus renombrados quesos payoyos, fue el anfitrión de la primera jornada de la Feria del Queso Artesanal, que reunió en la zona a 19 queserías de toda Andalucía para intercambiar experiencias empresariales y promocionar sus productos.

Pese a la presencia de la lluvia, cientos de personas no quisieron perderse la ocasión y provocaron, prácticamente, el colapso del pueblo. Hubo colas de coches, vehículos aparcados a los lados de la carretera y mucho bullicio. El alcalde del pueblo, Alfonso Moscoso (PSOE), estimaba, al filo de la media tarde de ayer, que unas 5.000 personas habían pasado ya por el evento. La propia institución municipal tuvo que reforzar la seguridad con el apoyo de la Policía Local de Villamartín y con efectivos de la Guardia Civil. Ante la aparición de la lluvia, la organización tuvo que cambiar los planes iniciales e instalar una carpa de unos 1.000 metros cuadrados para acoger la muestra.

Durante la primera jornada, los artesanos participantes han mostrado ya su satisfacción por la grata acogida de los productos. La primera cita compensó: las firmas reunidas pudieron hacer negocio gracias al alto índice de demanda de sus productos. Cada expositor vendió un promedio de unos 300 kilos de queso, con lo que el volumen total del primer día pudo rondar, según uno de los queseros consultados, alrededor de los 6.000 kilos de venta. Moscoso mostró su satisfacción: "el gasto en la promoción del evento ya ha tenido su recompensa", apuntó el regidor.

La feria está organizada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta para festejar el 30 aniversario de la declaración del Parque Natural de la Sierra de Grazalema como reserva de la Biosfera.

Los quesos dieron ayer para todo. Para despertar los sentidos: muchos tuvieron la oportunidad de asistir a las catas dirigidas por profesionales, celebradas por turnos , en las instalaciones de la caseta municipal. Y para descubrir, a través del tacto, los secretos de la fabricación del producto. Para ello, se organizaron talleres para la elaboración artesanal en las instalaciones del recién abierto museo dedicado al queso payoyo, que da fama al municipio y que acapara numerosos galardones nacionales e internacionales.

La feria cumple hoy su segunda y última jornada. En ella está previsto dar a conocer el fallo del I Concurso Andaluz de Quesos Artesanos. Compiten en tres modalidades distintas 65 quesos de cabra y oveja, correspondientes a un total de 35 empresas.