El marino jubilado detenido en El Puerto en agosto del pasado año por abusar sexualmente de seis niñas a las que daba clases particulares tendrá que volver a prisión. José Luis G.R., nacido en 1945, logró abandonar la cárcel en octubre, tras abonar una fianza de 12.000 euros. La Fiscalía recurrió el auto del Juzgado de Instrucción 4 de El Puerto, que permitió al marino jubilado eludir la prisión pagando la fianza mencionada. Y la Audiencia, ahora, le ha dado la razón al Ministerio fiscal, decretando prisión provisional comunicada y sin fianza para el profesor.

En un auto de la Sección Tercera, del que ha sido ponente la magistrada Ana María Rubio, el Tribunal considera que la gravedad de las penas que estos delitos llevan aparejadas "no hace desdeñable el riesgo de fuga", aunque, sobre todo, recalca, "la medida de prisión se impone para evitar el riesgo de reiteración delictiva".

Recuerda el auto de la Audiencia que José Luis G.R. ya había sido condenado en marzo de 2010 por el Juzgado de lo Penal 5 de Cádiz como autor de un delito de abusos sexuales a una niña a la pena de un año y tres meses de prisión. Unos abusos sexuales que "los había llevado a cabo en un anexo a su domicilio que utilizaba para dar a menores clases particulares de matemáticas". La condena le fue suspendida por tres años, por carecer de antecedentes, y los hechos de los que se le acusa ahora, anota el tribunal, "los habría cometido del mismo modo, esto es, aprovechando las clases particulares de matemáticas que impartía en su domicilio (en la calle Milano, en la urbanización El Águila) y durante el periodo de suspensión de la condena citada".

La defensa del marino jubilado se había opuesto al encarcelamiento, manifestando que no existe riesgo de fuga al tener a una hija enferma, de la que se hace cargo en la actualidad, y al no existir reiteración delictiva "pues ya no imparte clases".

Para la magistrada ponente, el peligro de reiteración existe "sin que se vea minimizado por el hecho de que ahora se halla desplazado a otra población lejana, concretamente a Cartagena, pues precisamente allí nadie tiene por qué conocer esta anterior condena. Y nada impide que, si lo desea, pueda impartir nuevamente clases en su domicilio , pues éstas generalmente se anuncian por la preparación académica del profesor sin que se acompañe información alguna de la personalidad del mismo o hoja histórico penal". Algo que, a juicio de la juez, "no ocurriría si se tratara de impartir las clases en un centro abierto al público y controlado por la Administración".

No en vano con la condena firme, aunque suspendida, José Luis G.R. continuó dando clases particulares en su domicilio de El Águila. Fue detenido a finales del pasado verano tras ser denunciado por los padres de seis niñas con edades comprendidas entre los 10 y los 15 años, que relataron cómo el profesor abusaba sexualmente de ellas.

El marino estuvo destinado en la Base Naval de Rota, destino en el que se prejubiló, y en esta última etapa se dedicaba a dar clases a grupos reducidos de niños en su domicilio de la urbanización portuense. El profesor había llegado a organizar incluso barbacoas a las que invitaba a sus alumnas. Las víctimas declararon que en las clases realizaba a veces comentarios de índole sexual y se servía un trago de whisky.