Antonio O. imputado por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil por la desaparición y el homicidio de Yéremi Vargas, permanece aislado del resto de internos en la prisión de Botafuegos donde fue interrogado el pasado martes. La dirección del centro penitenciario algecireño ha tomado esta medida para evitar que las amenazas recibidas después de que se conociera su implicación en los hechos en especial, "tras la retransmisión de las imágenes del centro en todos los medios de comunicación" según reconocieron fuentes de la cárcel, se puedan convertir en una agresión directa contra él.

Por el momento, el preso investigado no ha reconocido su participación en los hechos, ni ha mostrado el más mínimo acto de colaboración con la investigación siguiendo el consejo de su abogado de oficio después de la renuncia a defenderle de su letrada.

Antonio O. fue interrogado por los agentes de la Guardia Civil, después de que se conociera su conexión con uno de los vehículos que varios testigos aseguran haber ubicado en el lugar y momento de la desaparición de Yéremi hace nueve años. Esa pista condujo las pesquisas hasta la prisión de Algeciras, donde se encontraba internado por otro delito de abuso de menores cometido en la localidad canaria donde desapareció Yéremi.

En este sentido, el ministro de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, aclaró que la conexión fundamental para interrogar al sospechoso bajo los cargos de detención ilegal, secuestro y homicidio, han sido "los antecedentes policiales" y que el detonante de la apertura de esta nueva línea de investigación fue "que en el año 2012 se detectó que esta persona, había cometido un presunto delito de agresión sexual y el hecho de que en el 2007, año en el que desapareció Yéremi, dijese que había observado cómo se había secuestrado a ese niño, lo que hizo que los investigadores viesen ahí una conexión llamativa".