El turno de preguntas del público fue jugoso. La Justicia lleva protagonizando portadas de periódicos las últimas semanas y sobre la tribuna llovieron interrogaciones.

La primera versó sobre la asombrosa productividad legislativa que tienen nuestros representantes en los dieciocho parlamentos de este país, fábricas de leyes que consiguen, según uno de los presentes en el Foro, que el ciudadano sea incapaz de asimilar tanta legislación. ¿Cómo vamos a cumplir todas las leyes? ¡Es imposible conocerlas todas!, venía a decir. Y Lorenzo del Río contestó con un simpático y sorprendente "ni los jueces, amigo, ni los jueces. Es imposible abarcar esta proliferación legislativa, no ya solo con las nuevas leyes, sino con otras que se van corrigiendo continuamente. Yo pediría leyes más duraderas y un poco de sosiego legislativo".

No podía faltar Baltasar Garzón en el menú y Lorenzo del Río salió con elegancia. Primero porque dijo que "no me gusta ver a un compañero en el banquillo" y, aunque matizó que a nadie le gusta ver a un conocido en esa situación, la frase ya estaba dicha. Y, como estaba dicha, continuó: "El Supremo actuará, ténganlo por seguro, con honestidad e independencia procediendo según las leyes establecidas".

¿Se puede decir que así procedió el jurado del caso Camps? No le preguntaron por el caso Camps, pero sí por el jurado, una institución en entredicho por fallos (equivocaciones) anteriores (caso Wanninkhof, el más sonado) o decisiones tan extrañas como la que absolvió al ex presidente valenciano como no culpable. A lo que contestó Del Río fue al concepto general, no a ningún caso en particular y consideró que el jurado "debería suprimirse para algunos delitos en los que es innecesario e incluirlo en otros. Pero eso son opciones políticas". Su experiencia personal es que "a los ciudadanos les cuesta ser jurados, no quieren, pero una vez terminados los juicios comprenden mucho mejor lo que supone el trabajo de un juez. Pero sí, creo que sería necesario retocar el procedimiento del jurado".

Sobre las reformas planteadas por el ministro Alberto Ruiz Gallardón, Del Río entiende que "algunas estaban en la mente de todos". No le extraña la despolitización del CGPJ, más por la impresión de la opinión pública que por la independencia, según él, de todos sus componentes y considera que las tasas en segunda instancia, lo que se ha denominado copago, puede contribuir a "evitar litigosidad innecesaria".

Sobre el caso Marta del Castillo, entiende la frustración, "la misma que sufrimos los jueces cuando no alcanzamos la verdad".