Los trabajadores de Garvey-Jerez se concentraron ayer a primera hora de la mañana a la entrada de la bodega en la circunvalación jerezana para impedir el acceso al personal vinculado a otras firmas bodegueras de Nueva Rumasa que habitualmente desarrollan su trabajo en las instalaciones de Complejo Bellavista, la central operativa del grupo propiedad de Back in Business.

La plantilla de Garvey acordó el viernes en asamblea cerrar las puertas de la bodega al personal en nómina de las otras firmas bodegueras del grupo en proceso concursal (Zoilo Ruiz-Mateos, Valdivia y Teresa Rivero), casi una decena de empleados y la mayoría directivos habituados a desempeñar sus funciones laborales en Complejo Bellavista en línea con el concepto de caja única con el que la familia Ruiz-Mateos administraba sus empresas antes de su venta al empresario valenciano Ángel de Cabo.

Complejo Bellavista ha sido el centro neurálgico de toda la actividad desde el que operaban directivos de otras bodegas, pero tras la decisión de la jueza de lo Mercantil de Cádiz de declarar los concursos de acreedores de las cuatro firmas bodegueras de Nueva Rumasa por separado, los trabajadores de Garvey se han propuesto hacer efectiva la división, llevarla a la práctica con todas sus consecuencias pese a la dudosa legalidad de la medida, explicaron desde el comité de Garvey.

La representación sindical de Complejo Bellavista se reunió ayer con los administradores concursales de la bodega para informarles de la decisión adoptada en asamblea y que, según la presidenta del comité, Ascensión Liaño, repetirán en los próximos días con concentraciones a las puertas de Garvey, pues "dentro de tres meses se cumple un año del preconcurso y seguimos igual".

"Queremos que defiendan nuestros intereses, que cada bodega defienda sus intereses y no nos parece lógico que directivos de otras bodegas trabajen en Complejo", señaló Liaño, quien detalló que ayer se limitaron a informar a los trabajadores 'prestados' de que no dejarían entrar a nadie que no esté en nómina de Garvey, decisión que aceptaron sin rechistar.

CCOO y UGT, sin embargo, no han encajado con la misma docilidad la decisión y hoy mismo han convocado una reunión de comités de empresa y delegados sindicales de las cuatro bodegas de Nueva Rumasa para abordar este asunto, sobre el que el responsable provincial del sindicato agroalimentario de Comisiones, Luis Páez, se pronunció abiertamente en contra.

Por otra parte, ayer se esperaba la llegada a Jerez de los nuevos propietarios de Nueva Rumasa, a los que, según la información recabada por este medio, los administradores concursales de las bodegas han dado de plazo hasta el jueves de la próxima semana para que presenten sus planes de viabilidad.