Provincia de Cádiz

El único petrolero en marcha en Puerto Real acumula ya cuatro meses de retraso

  • El comité del astillero advierte de "fallos en los métodos de contratación y de organización en el trabajo" "Hemos vuelto a utilizar sistemas que no veíamos desde hace 30 años", asegura Noria

La tranquilidad laboral que ayer inundaba el astillero de Navantia en Puerto Real, con la adjudicación de un nuevo contrato para Iberdrola, chocaba con la realidad que marca la única faena en la que se afana la plantilla y la industria auxiliar de la Bahía. El comité de empresa de esta factoría denunció que los trabajos de construcción del primero y único petrolero, de los cuatro tipo Suezmax contratados con la naviera vasca Ondimar gracias a un acuerdo con el astillero coreano de Daewoo, lleva ya un retraso de cuatro meses.

El presidente del comité, Antonio Noria, explicó a este periódico que esta situación parte, en primer lugar, de un hecho: "Empezamos tarde". En segundo lugar, añadió el portavoz sindical, que "ha existido una total falta de programación y de organización en los trabajos, que ha llevado a una total inseguridad en la industria auxiliar de la Bahía".

Hasta tal punto es así, según Noria, que estas contratas "no saben si van a poder acabar el barco o si el contrato va a finalizar tal y como se empezó". De hecho, aseguró que "hay algunas de esas industrias auxiliares de renombre que se están pensando si seguir en los otros tres petroleros".

Añadió que a ello se une la ausencia de autonomía en estas lides por parte de los responsables de la empresa en Puerto Real, "incluso en los equipos de contratación, que tienen que atender a lo que viene de Madrid". Estas cuestiones, según Noria, tienen un único responsable: el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta. "Es quien impone los métodos, no se nos permite aportar ideas, nuevas fórmulas, y esto repercute directamente en un retraso de los trabajos", aseguró. Por ello, afirmó que "la pregunta que nos ronda en la cabeza es si se van a poder terminar en plazo los barcos; no queremos que después se diga que la plantilla y la industria auxiliar de Puerto Real tienen la culpa".

Mirando al futuro, el presidente del comité aseguró que para saber con cierta seguridad qué puede ocurrir con los otros tres petroleros, "primero tienen que estar contratados antes de final de año todos los paquetes de trabajo para esos tres buques". Pero, ante todo, para Noria, "es urgente y muy necesaria una nueva fórmula en la contratación, que sea más flexible, porque se están cargando el tejido industrial de la Bahía".

Al respecto, manifestó el sindicalista que "hay contratas de la zona que toda la vida han trabajado para los astilleros y hoy no tienen ningún trabajo para los petroleros". Pero volvió a incidir en que la forma en la que se están ejecutando los trabajos en este buque están sembrando el desconcierto entre los trabajadores. "Los coreanos serán muy modernos en la construcción y en la construcción, pero nosotros estamos volviendo a métodos que no usábamos desde hace 30 años en la forma de trabajar".

Hay que recordar que la importancia del acuerdo logrado en su día por Navantia radicaba en que, para abaratar los costes y que la operación desde el punto de vista económico posibilitara el contrato, la compañía española acordó con su principal competidor, el astillero coreano de Daewoo que éste suministrara el acero para los cuatro petroleros, así como el diseño. Por tanto, son los responsables coreanos los que marcan la pauta en este sentido.

Por eso, para Antonio Noria, si no se revisan todas estas fórmulas, que van desde la contratación de los paquetes de trabajo hasta la manera en la que se ejecuta la faena en el dique, no queda claro cómo se enfrentarán a los tres buques restantes.

Por otra parte, Noria quiso insistir en que la calidad de la plantilla y la industria auxiliar de la Bahía "están fuera de toda duda. Hemos conseguido los máximos niveles de calidad y tiempos con la plataforma Wikinger, así que no digan después que si los petroleros no cumplen en plazo es culpa nuestra". Sí criticó el hecho de que "ahora se esté hablando tanto del astillero 4.0 y no hayamos arreglado el astillero de hoy, en el que trabajamos cada día".

Y todo, además, con la complejidad que supone la edad de la plantilla y un número de trabajadores que sigue bajando. "Hoy somos 570 personas en la plantilla de Puerto Real, por bajas médicas, fallecimientos y jubilaciones anticipadas de compañeros que han cumplido los 63 años después de cotizar 45 en la empresa. Nuestra edad es, de media, de 56 años. Un astillero como este no se puede mantener con esa edad y cada vez con menos gente. Es urgente darle a esto una solución", finalizó.

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