Con pequeñas pensiones de Alemania, Luxemburgo y Francia
En 1963, "cuando mataron a Kennedy", se fue Antonio Pantoja a Alemania. Antes pasó, también como emigrante, por poblaciones de Francia y Luxemburgo. Por eso hoy cobra una pensión española (de 270 euros), dos de Francia (una de 18 euros y otra de 26), una de Luxemburgo (de 150 euros) y la de Alemania (700 euros). Como son varios pagadores, está a la espera de lo que le reclame Hacienda ahora que el criterio ha cambiado. Antonio nació en Paterna y vive en Chiclana. Trabajó en una fábrica de televisores en un pueblo pequeño y cercano a Hannover. Allí permaneció hasta el año 2000, cuando decidió regresar a su tierra. Tiene cuatro hijas, tres que viven en España y una que es enfermera y vive en Hamburgo. "Allí siempre nos trataron bien", comenta Antonio, que teme que vuelvan los tiempos "en que había tantas diferencias de trato a los ricos y a los pobres". Junto a él, mientras relata su peripecia de emigrante, está Luis Robledo, de San Fernando, que regentó un restaurante en Alemania y trabajó en la Volkswagen. Luis tiene claro que los emigrantes retornados sufren ahora "un asalto" de Hacienda, una injusticia: "Mantuvimos a España en los años sesenta, enviando mucho dinero, con sacrificio porque la gente se privaba de todo para ahorrar, y ahora nos castigan".
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