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La patera de los Caños y cadáveres amontonados

  • En noviembre de 2018, una embarcación  naufragó al llegar a la playa de Los Caños de Meca con más de 40 personas

  • El GEAS estuvo una semana recuperando cuerpos de las aguas bravas

  • 23 marroquíes, muy jovenes en su mayoría, perdieron la vida

Guardias civiles y miembros del GEAS con uno de los cuerpos recuperados en Los Caños.

Guardias civiles y miembros del GEAS con uno de los cuerpos recuperados en Los Caños. / Julio González

Tras el inolvidable naufragio de la patera de Los Caños en noviembre de 2018, en la que murieron 23 jóvenes de Salé (Marruecos), este medio pudo comprobar como los miembros del GEAS trabajaban incansablemente durante una semana recuperando cadáveres de las ya tranquilas aguas gaditanas. Julio también recuerda aquella experiencia. “Fueron días muy difíciles. Cuando nos llamaron el mar estaba prácticamente impracticable. Nos fuimos a la zona de Conil y no había ningún equipo de salvamento en ese momento en el mar por el riesgo que conllevaba. Si ponemos en riesgo nuestro personal hay que abortar el operativo hasta que mejore, pero en este caso decidimos que estaba la cosa complicada pero nos veíamos capacitados para hacer ese tipo de rescate. Echamos la embarcación por Conil, y cuando llegamos a la zona de Trafalgar había unas olas que dijimos, uff a ver si podemos pasar o no, y estando por allí nos encontramos ya un primer cuerpo flotando. Lo subimos a la embarcación, y continuamos hacia la zona de Caños de Meca, nos pegamos un gran susto, que no se nos olvida, porque vimos una mochila flotando y pensamos que era un bebé. Menos mal que no lo era, porque quieras que no a todos nos afecta cuando es un niño, nos impacta más pese a estar acostumbrado a este tipo de situaciones”.

Recuerda Julio que aquel naufragio fue impresionante “porque llevábamos unas horas de rescate y llegó un momento que yo tenía tal cantidad de cuerpos en la embarcación que me tuvo que apoyar en el Servicio Marítimo de la Guardia Civil para trasladarlos y llevarlos a Barbate. Vas contando uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… y te preguntas ¿cuánta gente ha perdido la vida aquí? Es que no sabíamos en ese momento ni cuántos venían en la patera”.

“Lo primero que hice cuando bajó un poco la marejada que había en la playa aquella -cuenta Julio- fue mirar todo el arrecife por si había algún cuerpo enganchado. No se encontró ninguno allí exactamente. Me acuerdo de coger por la zona de la playa buscando con equipos de superficie, y ya los días posteriores, un poco más al oeste, en dirección hacia el pueblo, fueron apareciendo. Había cuerpos que te aparecían y la corriente se los volvía a llevar. Estuvimos horas y horas seguidas trabajando. Fue muy duro aquello. Todo el día en el agua buscando. Estuvimos allí siete días pero en los últimos ya no salían cuerpos. Nos fuimos y dos días después tuvimos que volver porque apareció otro cadáver”.

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