No es la primera vez que la provincia de Cádiz vive el presunto homicidio de un progenitor a manos de un hijo. El 13 de noviembre de 2017 tuvo lugar un hecho dramático en Sanlúcar de Barrameda, cuando Antonio Núñez Castro asestó ocho puñaladas a su padre.

Entonces se demostró que, pese a su edad y a que no trabajaba, el joven mantenía un elevado nivel de gastos a los que no podía hacer frente, por lo que había contraído múltiples deudas pendientes de abonar. Ante la necesidad imperiosa de obtener dinero, el joven transmitió a una amiga y compañera del instituto su intención de acabar con la vida de su padre para poder así cobrar la herencia.

Sostiene la Fiscalía que el 13 de noviembre de 2017, sobre las 18:00 horas, el joven inició una fuerte discusión con su progenitor, quien se encontraba en ese instante solo en el interior de la vivienda. En un momento de la disputa, el procesado se dirigió a la cocina de la casa no sin antes ponerse unos guantes de látex para no dejar huellas, cogió un cuchillo de 13,5 centímetros de hoja y se dirigió hacia su padre por la espalda para poner fin a su vida. Según apunta la Fiscalía, el acusado asestó a su víctima “al menos” ocho puñaladas en la zona de la espalda, el cráneo, el cuello y el pecho. El padre falleció de un shock hipovolémico como consecuencia de las heridas sufridas. Tras acabar con la vida de su progenitor, el hijo se cambió de ropa e introdujo en una bolsa de plástico de color gris la que se había manchado de sangre junto a las zapatillas, los guantes y el cuchillo empleado. Posteriormente, cuando se dirigía de camino a Comisaría a denunciar los hechos, arrojó dicha bolsa en un contenedor.

El encausado se encuentra en prisión provisional por esta causa desde el 16 de noviembre de 2017, tres días después del supuesto parricidio.

Además de la pena privativa de libertad de 22 años, el Ministerio Público solicita que el procesado indemnice a su madre (esposa del fallecido) con la cantidad de 90.000 euros y con 20.000 a cada uno de sus hermanos.