Los que piensan que la recuperación económica de la provincia ya es un hecho, están equivocados. Y también lo están quienes creen que esa mejoría llegará en breve. Eso es al menos lo que piensan quienes, en teoría, más saben de esto. Porque una encuesta realizada entre sus asociados por el Colegio de Economistas de Cádiz concluye que la recuperación económica de esta provincia ni está, ni se la espera, al menos a medio plazo.

Este sondeo interno, el primero que lleva a cabo esta institución profesional, ha sido realizado en las últimas semanas de 2015 a 136 economistas de la provincia, que representan al 26,4% de los colegiados y a los distintos sectores de actividad a los que pertenecen, esto es, empresarios, asalariados del sector público y privado, profesionales por cuenta propia y por cuenta ajena, jubilados y desempleados.

La principal conclusión de este trabajo demoscópico es que los economistas de Cádiz valoran con cierto pesimismo la evolución que viene experimentando la economía en la provincia que, según entienden, se encuentra estancada, aunque con una débil esperanza de mejora.

Y es que el 67% de los profesionales consultados opinan que la economía de la provincia no ha mejorado a lo largo del año pasado. En concreto, un 19% considera que la situación ha empeorado, frente a un 48% que cree que todo sigue igual. Los optimistas, los que sí han apreciado cierta mejoría, suponen apenas el 33% de la referencia muestral. Merece la pena tener en cuenta que hasta un 77% reconoce que su situación económica personal no ha evolucionado a mejor en los últimos doce meses.

Y mirando al futuro más próximo, esto es a los primeros seis meses del nuevo año, la situación no varía mucho, ya que el porcentaje de los que dan por hecho una evolución positiva de la provincia se mantiene en apenas el 34%. De los restantes economistas consultados, el 61% vaticina que no habrá modificaciones sustanciales e incluso un 5% anticipa que la situación económica tenderá a empeorar.

Los tres factores que limitan la actividad económica de la provincia, según la mayoría de los profesionales que han sido encuestados, son el nivel de formación de la población, las condiciones del mercado laboral y la falta de coordinación entre las diferentes administraciones públicas. También se resalta como un lastre las dificultades para poder acceder a un crédito e incluso las normas sociales y culturales que imperan en esta provincia.

Las opiniones, eso sí, se igualan más a la hora de determinar los factores positivos que en teoría deberían favorecer el progreso económico de la provincia. Entre ellos destaca el acceso a las nuevas tecnologías, las condiciones de las infraestructuras y la evolución de la demanda. Curiosamente, la formación de la población también aparece como un cuarto factor positivo, lo que puede significar que exista un desequilibrio en la formación entre los diferentes sectores de actividad.