Turismo medioambiental

Los últimos vecinos de La Forestal

  • Dos okupas dificultan los planes de la Junta y el Ayuntamiento de Rota para convertir estas singulares instalaciones en un complejo de educación ambiental.

Un oso de peluche junto a uno de los morabitos de las instalaciones de La Forestal, que se encuentran desde hace años en un estado de abandono total.

Un oso de peluche junto a uno de los morabitos de las instalaciones de La Forestal, que se encuentran desde hace años en un estado de abandono total. / Fito Carreto

Hace ya más de diez años que cerró y todavía no tiene fecha de reapertura. El antiguo campamento militar de recreo de La Forestal cambió de actividad a finales del siglo pasado. Fue entonces cuando la Junta de Andalucía puso en marcha un centro de recepción de visitantes que estuvo en funcionamiento hasta 2007. Ahí acabó la historia feliz de este recinto de Rota que está llamado a convertirse en un complejo de educación ambiental con clara vocación turística, pero que no ha parado de sumar contratiempos durante una larguísima década.

El último, digamos, inconveniente son dos okupas roteños: Lourdes y José Manuel, éste último conocido en la localidad como Negreira. Viven en condiciones infrahumanas -sin luz ni agua- en sendos morabitos, que son las pequeñas edificaciones características de La Forestal para las que también hay opciones de recuperación desde el punto de vista medioambiental y turístico. Lourdes y Negreira no se quieren ir de allí, el desahucio planea sobre ellos, pero con su resistencia están consiguiendo mantener en punto muerto el proyecto para poner en valor esta interesante zona verde situada en la Avenida de la Diputación, efectivamente, en el mismísimo casco urbano de Rota.

Daniel Manrique de Lara es el primer teniente de alcalde de Rota y abogado de profesión. Se conoce al dedillo la problemática de La Forestal por las gestiones que ha realizado en nombre del Ayuntamiento en los últimos años y estuvo al tanto de la deriva judicial que generaron las okupaciones de buena parte de los 33 morabitos que existen en dichas instalaciones.

Según recuerda, entre 2013 y 2014 la Administración autonómica, como propietaria de los terrenos, intentó desahuciar a los okupas, pero se topó con la picaresca de estos vecinos incómodos. Y es que para evitar los desalojos abandonaban los morabitos señalados por la Justicia y pasaban a okupar otros disponibles. La Junta terminó “dando por perdida” la vía judicial y, allá por el año 2015, entró en acción el Ayuntamiento. Cambio de estrategia.

El Consistorio roteño fue negociando “caso por caso” para realojar a todos los okupas buscándoles “alternativas habitacionales” a través de soluciones como su inclusión en la “bolsa de trabajo de emergencia social” del propio Cabildo para que pudieran hacer frente al pago del alquiler de viviendas. Conforme iban aceptando, el Ayuntamiento tapiaba los morabitos a fin de evitar nuevas okupaciones. Estas gestiones, que requirieron más de tres años, fueron efectivas, pero no del todo. A finales del verano de 2018 se habían marchado todos los okupas menos dos. Sí: Lourdes y Negreira.

Manrique de Lara cuenta que ambos tienen donde vivir. Lourdes tiene disponible la casa de su hermana, que, de hecho, “está deseando que se vaya con ella”. Además, cada cierto tiempo trabaja en la bolsa de emergencia social y cobra su prestación. A Negreira el Consistorio le ha tramitado una pensión de jubilación y le ha ofrecido una ayuda al alquiler. Pero cualquier posible apoyo cae en saco roto: ninguno de los dos quiere dejar La Forestal.

Ante esta situación, el Ayuntamiento, sabedor de que estos okupas no quedarían “desamparados” en caso de desahucio, ha pedido a la Administración autonómica que actúe. Tiene el “compromiso” de la Junta de “poner en valor” estas instalaciones, pero “para ello hay que dar pasos adelante”. “No podemos estar permanentemente con un problema de okupas y el proyecto de La Forestal paralizado. Sabemos que esto que no se resuelve de la noche a la mañana, porque el procedimiento judicial dura seis o siete meses, pero hay que iniciarlo”, afirma Manrique de Lara.

Curiosamente, como otros okupas que acabaron marchándose del recinto, Lourdes y Negreira están empadronados, pero, según el primer teniente de alcalde, ello no supone ningún impedimento. “La regulación del padrón municipal no tiene nada que ver con la propiedad ni con el hecho de que se esté viviendo legalmente o no, sino con la acreditación de estar residiendo en un sitio durante un tiempo determinado”, explica el abogado. “Quizá se empadronaron pensando que de ese modo adquirían más derechos, pero no es así”, apostilla.

Este medio consiguió hablar con ellos hace poco más de un año. Entonces confirmaron lo que tantas y tantas veces han comunicado al Ayuntamiento: que no tienen la más mínima intención de abandonar La Forestal, salvo que haya una orden judicial por medio.

Así las cosas, la recuperación de estas instalaciones no es un proyecto que esté precisamente a la vuelta de la esquina. Incluso el propio alcalde, Javier Ruiz, admite cierta frustación después de tantos años de dificultades. “Yo era optimista, pero cada vez me cuesta más trabajo seguir siéndolo”, confiesa.

Mirando al futuro del recinto, que lleva años en un estado de abandono total, el regidor roteño explica que “la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, con la que nos hemos reunido recientemente, nos ha dicho que tiene la intención de iniciar el expediente de declaración patrimonial de ese suelo, que es el primer paso para después poder licitarlo -a una empresa-. Pero pasan los días y no hay nada”. “Nosotros hemos hecho un esfuerzo importante en desalojar a los okupas que hay allí viviendo en los morabitos”, destaca Ruiz recordando las gestiones realizadas por el Ayuntamiento y apuntando que la pelota está en el tejado de la Junta como propietaria de los terrenos.

En cuanto al proyecto que podría ejecutarse en La Forestal una vez liberada de los últimos okupas, el alcalde asegura que el Consistorio “está abierto a cualquier alternativa para recuperar ese espacio con fines turísticos, porque es uno de los mejores enclaves de Rota”. “Queremos crear allí un espacio turístico vinculado a los jóvenes, los colectivos y las actividades medioambientales. Y eso sería mediante una concesión, porque en La Forestal hace falta una inversión importante que ni la Consejería de Medio Ambiente ni el Ayuntamiento puede afrontar ahora”, admite.

A juicio de la máxima autoridad local, el futuro de esta considerable zona verde “pasa por que la Junta sea ágil desalojando a los okupas y luego sea ágil licitando la concesión”. En el año 2011, una empresa resultó adjudicataria en una licitación de la Junta, pero la okupación acabó tumbando el proyecto.  

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