La crisis sanitaria en la economía

“Por cada mes que pase, se pierde un punto del PIB”

  • Javier Sánchez Rojas, presidente de los empresarios de la provincia, está seguro de que la sociedad española dará la talla “hasta que acabemos con el bicho, que es la prioridad”

Javier Sánchez Rojas

Javier Sánchez Rojas

–¿Qué va a suponer para la economía de la provincia, que todavía no había sacado la cabeza de la anterior crisis, esta nueva crisis, ahora sanitaria?

–Esa diferencia que acaba de hacer es importante. Son crisis de naturaleza muy distinta y, por lo tanto, afectará de distinta manera. Aquí estamos hablando de una cuestión de tiempo, está vinculado lo uno a lo otro. Cuanto menos dure la alarma, menor será el daño, pero es imposible hacer cálculos porque desconocemos ese factor. Hay un cálculo de la CEA a nivel andaluz que considera que por cada mes que pase se perderá un punto del PIB.

–Contamos con sectores muy vulnerables a un episodio de estas características.

–Todo lo que tiene que ver con la movilidad, el turismo, la hostelería... pero es que cada uno de esos sectores incide directamente en otros. Cada reserva de un restaurante, cada habitación de hotel cancelada opera en cascada en otros sectores.

–Para muchas pequeñas empresas puede suponer un golpe definitivo.

–Ya lo estamos diciendo al Gobierno. En esta crisis primero están las personas y, después, las empresas, que son las que tienen que conservar los empleos. A las grandes empresas ya hemos visto cómo le está afectando en las bolsas, pero para las pymes y micropymes puede ser devastador si no se adoptan las medidas fiscales y las ayudas necesarias. Hay un afán de superar el trance y prever alternativas a lo que se nos vaya presentando. Sin duda, habrá empresas que van a sufrir problemas de liquidez.

–El sector industrial debe prepararse para acusar el golpe.

–No confundamos las prioridades. Fabricar coches es muy importante, pero ahora estamos en otra cosa para que nos recuperemos y el sector productivo vuelva a arrancar con fuerza. Estoy seguro que cuando salgamos de ésta vamos a tener una fuerza renovada.

–Como la euforia china al ver la la luz al final del túnel.

–Claro, esa luz llegará, aunque ahora estamos al principio.

–Ha habido miedo al desabastecimiento. ¿Cómo están preparadas nuestras empresas de logística para algo como esto?

–No sabemos lo preparados que estamos para esto porque esto es algo absolutamente inédito que no se ha vivido antes y no hay ningún manual que nos diga cómo conducirnos. Tenemos que modificar nuestros hábitos y no entrar en pánico porque desabastecimiento no va a existir. eso es seguro. La cadena logística está diseñada de tal modo que no existe ese riesgo. Puede haber un desabastecimiento de una pieza de lavadora, pero no de los productos básicos.

–En este esfuerzo común va a hacer falta que esté bien engrasada la cadena entre lo público y lo privado.

–Una de las cosas que nos debe dar tranquilidad que tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y, además, la sanidad privada está colaborando. Hay incluso cadenas hoteleras que se ofrecen a medicalizar sus camas. España es un gran país que sabrá ejercer su solidaridad para salir juntos de esto. Es el momento de que la sociedad muestre que da la talla y estoy seguro que lo hará.

–Pero también esperamos un gran número de despidos.

–Sindicatos y empresarios estamos en contacto y coincidimos en que hay que defender el empleo y que el trabajador que pierda el trabajo debe contar con una prestación íntegra desde el primer momento. Lo primero que hay que hacer es parar al bicho, ahí tenemos que volcar todos nuestros esfuerzos, pero al tiempo ver medidas para que el problema sanitario no arrastre todo lo demás. Como cuando llega una gran tempestad a la línea de costa, hay que salvar los muebles.

–¿Tienen un barómetro para monitorizar la ‘moral de las tropas’, del empresariado?

–Hay nerviosismo en el mundo empresarial y es normal. La incertidumbre es la primera enemiga de la economía. Hemos creado un sistema regional de información que sirve como evaluador para ir midiendo día a día, a través de encuestasen que sepamos en que nos afecta cada medida. Como dije, esto funciona en cascada. Si se cierran las universidades, también cierra el empresario de la cafetería y el de las fotocopias, que a su vez afecta a sus proveedores... cada decisión de parar una cosa supone parar otras treinta. Por eso hay que tomar las medidas precisas de colaboración con la Administración, de simplificación de procesos.

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