Arranca un año político clave en la provincia

Un año marcadamente electoral determinará si el bipartidismo aún vive

  • El PP pondrá en juego su hegemonía en la provincia en las municipales de mayo y en las generales de noviembre. El PSOE quiere remontar el vuelo con permiso de IU y de Podemos.

 Vive aún el bipartidismo o la supremacía aplastante de PP y PSOE que ha imperado en los últimos 20 años en España y en la provincia de Cádiz ha pasado ya a mejor vida? Habrá que esperar hasta finales de este año, cuando se celebren las próximas elecciones generales, para saber la respuesta a esta pregunta. Antes, el 24 de mayo, habrá otra cita con las urnas, aunque al tratarse de unas municipales, es decir de las elecciones menos ideológicas, el escrutinio final fácilmente puede variar sustancialmente con respecto al que habrá seis meses después, en las generales.

En ambas citas electorales el PP pondrá en juego su hegemonía en la provincia de Cádiz . Se sabrá entonces si sus claros triunfos de 2011 –tanto en las municipales como en las generales– fueron flor de un día (o mejor dicho, flor de cuatro años) o si por el contrario este partido ha logrado asentarse al fin como la principal fuerza política de la sociedad gaditana.

Frente al PP estará un PSOE que quiere remontar el vuelo teniendo como ayuda para su despegue su triunfo en las europeas del año pasado en la provincia. Pero en esta pugna tan habitual entre populares y socialistas habrá otras opciones políticas que, ahora sí, se niegan a ser simples espectadores. Son los casos de Izquierda Unida (IU), que sueña con dar un salto adelante y ponerse a la misma altura que los dos partidos tradicionalmente considerados grandes, y, sobre todo, de Podemos, que aspira a ser una alternativa clara de gobierno de la mano de los miles de desencantados que hay en España por la labor de gobierno primero del PSOE de Zapatero y luego del PP de Rajoy.

En un año 2015 marcadamente electoral no habría que descartar que hubiera incluso una tercera cita con las urnas, aunque ello dependerá de si la presidenta de la Junta, Susana Díaz, se decide a adelantar unas elecciones andaluzas cuya fecha de celebración se mantiene de momento en el mes de marzo del año 2016.

De cara al primer combate, el de las municipales del 24 de mayo, tanto PP como PSOE tienen ya definidos a la práctica totalidad de sus candidatos a alcaldes. El último trimestre del año pasado fue aprovechado por ambas fuerzas políticas para adelantar gran parte de este trabajo, al que sólo le faltan pequeños flecos. Ahora lo que resta es perfilar los diferentes programas de gobierno para intentar convencer a la ciudadanía. Por delante quedan 20 semanas y un día.

Para estas elecciones se presumen batallas ajustadas tanto en la Diputación como en las principales alcaldías de la provincia. En todas esas pugnas sólo el PP parece ser el partido con algo (o mucho) que perder, ya que su incontestable triunfo de 2011 le dio el gobierno de seis de los ocho municipios más habitados de la provincia, además de acceder por vez primera a la Presidencia de la Diputación gaditana.

A día de hoy los principales dirigentes del PP en la provincia optan por intentar transmitir tranquilidad a los suyos. El mensaje para estas municipales es claro: los alcaldes del PP –piensan en este partido– siguen teniendo un gran tirón en sus localidades y eso es garantía de éxito tanto en sus respectivas ciudades como de cara al escrutinio final para la Diputación.

Todo lo contrario opinan el resto de fuerzas políticas, que parten del convencimiento de que las reformas/recortes impulsados por el Gobierno de Rajoy en estos tres últimos años castigarán a los alcaldes del PP, al igual que lo sufrieran ya los regidores socialistas en las municipales de 2011. Es más, en las filas del PSOE ven opciones de acceder o recuperar alcaldías de postín en la provincia como por ejemplo  las de San Fernando o Chiclana, además de la Presidencia de la Diputación. Incluso ven factible que Teófila Martínez sufra su primer descalabro 20 años después de su llegada a la Alcaldía de Cádiz.

Y en la Diputación, las espadas están en todo lo alto. Aunque no hay candidatos determinados de antemano, se da por hecho que  el PP mantendría en la Presidencia a José Loaiza en caso de conservar el gobierno provincial, mientras que en el PSOE lo lógico sería que ese puesto fuera para su secretaria provincial, Irene García.  

Independientemente de lo que suceda en mayo restará otra batalla igual o más cruenta: la de unas elecciones generales que aún no tienen fecha fijada pero que se presume que se celebrarán en el mes de noviembre. Ahí el PP tendrá la difícil tarea de intentar mantener buena parte de la diferencia que le sacó al PSOE en 2011 y que superó los 15 puntos porcentuales. En juego habrá  nueve escaños para el Congreso y cuatro más para el Senado.

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