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"Por lo menos que limpien mi nombre porque me he quedado muy tocado"

  • El joven al que ha exculpado la Audiencia en el caso de la carrera de coches relata la amarga experiencia sufrida: lo citaron como testigo y acabó en la cárcel; ahora, se ha tenido que ir a Algeciras a trabajar

Aún no se lo acaba de creer. Tantos meses pidiendo justicia para él, porque también él era una víctima, y por fin, dice, "me ha llegado. Pero a lo mejor es tarde", musita.

Ha venido muy nervioso a la entrevista con su novia, Soraya, sin haber digerido aún la noticia. Enseguida se embala. Y le sale la rabia a borbotones, del corazón, de las manos, de la sonrisa que, pasado el arrebato, asoma a su rostro, aunque con un rictus amargo.

Tan mal dice que lo ha pasado, tan "tocado" se ha quedado, ("marcado de por vida", suelta, en un arranque de dignidad), que "me han dado la noticia de mi absolución y no tengo ni ilusión".

Jesús Muñoz Gil es uno de los dos jóvenes a los que la Audiencia Provincial, después de 14 meses en prisión, ha absuelto tras el juicio del accidente mortal de Vejer, al no considerar probado que participaran en una carrera de coches con el tercer acusado que chocó de frente contra el coche en el que iban un matrimonio y su hijo. Un tercer acusado que ha sido condenado a seis años de cárcel y al que Jesús asegura que no conocía hasta que coincidieron en la cárcel, y al que culpa sólo de parte de sus males.

"No lo vi en el accidente. La primera vez que lo vi fue en la cárcel. Hablé con él, le dije, tú verás lo que haces, como no digas la verdad .,... Se ha llevado cuatro familias por delante, la del fallecido, la de mi amigo Alfonso (el otro absuelto), la suya propia y la mía".

Porque el condenado declaró que había tenido un accidente, pero en moto. No dijo que adelantó a un coche, el que conducía Jesús, invadiendo el carril contrario y chocando de frente contra el turismo en el que iba la pareja y el hijo, como relata la sentencia de la Sección 1ª de la Audiencia.

Pero Jesús también apunta a otros culpables de la amarga experiencia sufrida. A otros responsables, que, según el increíble relato que hace, habrían podido conculcar sus derechos. Porque la historia de Jesús, su verdad, pone los pelos de punta. Todo arrancó un domingo 16 de julio de 2006, cuando tenía 22 años, y estaba jugando al billar con los amigos en La Bombonera, una cafetería de su pueblo, Vejer. Se había tomado dos o tres cubatas, como reconoció en el lugar del accidente, pese a lo que nadie "me hizo la prueba", cuando llamó su amigo Alfonso, al que otros amigos acababan de acercar abajo del pueblo, a la Venta de Los Olivos, para que alguien lo recogiera. "Llamó a otro amigo y como éste no tenía coche, me dijo a ver si yo iba por él. Bajando la cuesta, me adelantó uno y me topé con el accidente. Me acerqué al coche siniestrado, abrí la puerta y le dije al piloto (el hijo del fallecido, herido como su madre) voy a la venta por ayuda. Dejé allí el coche y perdiendo un zapato y todo, llegué a la venta. Y de la noche a la mañana, me meten en la cárcel, dicen que yo he matado a uno porque iba haciendo carreras, que no ayudé y me di a la fuga. Imagínate la impotencia".

Lo peor estaba aún por llegar. Tres días después, el 19, le pide la Guardia Civil que se presente en el cuartel el 24 para declarar como testigo. "No declaré, me pusieron las esposas, me llevaron ante la juez de Barbate, que me envió a la cárcel. Incomunicado en un chabolo cinco días, como Alfonso, porque decía que íbamos a partir pruebas. Y no avisaron a mi familia".

Comenzaron los 14 meses justos de prisión que ha sufrido, desde el 24 de julio de 2006 hasta el 24 de septiembre de 2007, "·466 días. Y me sabía hasta las horas", recuerda con amargura.

Interminables días en los que nadie le creía, en los que creyó que se volvía loco, primero, los cinco incomunicado, sin ducharse siquiera, y los restantes en celdas que compartió "con un moro, con un rumano", ...extraños en un mundo extraño que , asegura, y ratifica su novia, le han cambiado. "Yo antes era un chico muy alegre al que le gustaba relacionarse con la gente. Ahora me siento muy raro".

De lo más duro que recuerda fue la primera vez que vio a sus padres en Puerto 2. "No pude ni hablar. A mi madre le habían caído tantos años encima ...".

Poco a poco, aprendió a sobrevivir, a eludir las paleas en los tigres (los retretes) mientras se apuntaba a lo que fuera para que los días pasaran más rápido. "Allí, como no hagas nada .. Me apunté al módulo de albañilería, trabajaba en cocina, hice informática, panadería, ..." .

Cambió de abogado, y con el de ahora (el gaditano José Luis Ortiz, al que afirma que "le debo la vida"), logró salir de prisión, tras por fin darse audiencia a los testigos que lo vieron a él y a Alfonso (que ha estado menos tiempo en prisión, 8 meses) ayudar a los heridos. "La familia accidentada es de Barbate. Ha sido un montaje,. Si hubieran investigado, no habríamos ido a la cárcel", espeta indignado.

El calvario no había terminado. En Vejer, todo el mundo lo señalaba. Nadie le daba trabajo. Otros 14 meses ha estado en paro hasta que se ha tenido que ir hasta Algeciras para trabajar. De albañil. De lo suyo, de lo que trabajaba cuando se topó con el accidente que le ha cambiado la vida.

"Por lo menos que limpien mi nombre. Si me indemnizan (su abogado ha anunciado una demanda por responsabilidad patrimonial contra el Ministerio de Justicia) pues ya ves. Me lo merezco. Porque lo he perdido todo. Me quedé sin trabajo, las letras del coche me caían encima. Y los ahorros se han ido con abogados y en la cárcel, donde tienes que tener dinero para comprar tabaco y comer en condiciones. Cuando salí, me tiré una semana comiendo huevos fritos con patatas ".Y otra secuela que confiesa con rubor: el pánico que le ha tomado a coger el coche. Como para pedirle que recoja a alguien.

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