El acusado de agredir sexualmente a su ex pareja en Trebujena dijo ayer en la Audiencia que la denunciante se inventó una historia para perjudicarlo y que se trata de una venganza porque ella pretendía reanudar la relación y él no quería. El procesado negó que hubiese atacado a la denunciante cuando ésta abandonó una discoteca en la que ambos coincidieron, versión que sostiene ella. El abogado defensor reclamó la absolución pero la fiscal mantuvo su petición inicial de 11 años de prisión y afirmó que la denunciante dice la verdad y que no hay rastro alguno de que tenga ánimo de perjudicar al acusado.

El juicio quedó ayer visto para sentencia en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz. Los hechos denunciados sucedieron la madrugada del 1 de octubre de 2000. Por entonces, hacía unos meses que la denunciante y el procesado habían roto una relación sentimental que habían tenido durante aproximadamente cuatro años.

La denunciante contó que cuando salió de la discoteca, el acusado se fue tras ella, le dio alcance en un callejón y entonces la sujetó del brazo, le dijo que quería hablar con ella y luego comenzó a besarla; que ante la falta de respuesta de ella, le dio un mordisco en la mejilla y que después, con violencia, la obligó a hacerle una felación.

Aquella madrugada, la denunciante acudió al Centro de Salud de Trebujena para ser atendida de unas lesiones. Más adelante, la mujer fue citada en el Juzgado para declarar sobre esas lesiones y en su relato no habló de agresión sexual alguna. Sí lo hizo después, otro día, cuando habló con el forense. La fiscal explicó ayer, al argumentar que no hay intención de venganza alguna ni de perjudicar al procesado por parte de su ex pareja, que ésta no tenía intención de denunciar lo sucedido, que el procedimiento comenzó de oficio porque el Centro de Salud pasó el informe sobre una atención médica por lesiones.

Respecto a la ausencia de mención a la agresión sexual en la primera declaración, la fiscal dijo que es creíble el motivo aducido por la denunciante: no lo dijo porque prestó testimonio en la oficina judicial, en un ámbito nada privado, y había acudido a declarar acompañada de su madre porque ni sabía para qué la citaban.

La defensa sostuvo que la denuncia de agresión sexual responde a un ataque de celos. Mencionó también el testimonio de la dueña de la discoteca, quien dijo que un día, la denunciante llegó al establecimiento acompañada por dos personas y que una de ellas, mirando al procesado, se pasó un dedo por el cuello en un claro gesto de advertencia.

La fiscal solicitó también que el procesado indemnice a la denunciante con 8.000 euros.