La Guardia Civil de la Comandancia de Algeciras ha responsabilizado a ocho personas de la prescripción de medicamentos veterinarios con recetas al objeto de amparar su venta irregular en establecimientos no autorizados.

Las investigaciones sobre este asunto fueron iniciadas por el equipo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) tras haber comprobado que en un establecimiento de venta de piensos y semillas de La Línea vendían al público "medicamentos veterinarios que requieren prescripción previa para su dispensación".

Ante un posible riesgo para la salud pública que pudiera conllevar que estos medicamentos se hubiesen suministrado a animales destinados al consumo humano, los agentes comprobaron la trazabilidad de estos medicamentos, que habían sido adquiridos en dos empresas del sector de la provincia de Cádiz.

En las gestiones con las empresas que habían vendido los medicamentos veterinarios, estas aportaron documentación con la que pretendían justificar la legalidad de la venta de los medicamentos a un establecimiento no autorizado; esto es, aportando recetas veterinarias expedidas por veterinarios colegiados, quienes supuestamente se prestaron a rellenar las recetas a petición de los responsables de estas empresas, ya que "se sabían investigados, con la única finalidad de evitar posibles sanciones administrativas, dando lugar a la comisión de un ilícito penal por falsedad documental".

Así las cosas, ocho personas han resultado imputadas por el mismo delito; en concreto, dos en calidad de supuestas responsables de las empresas suministradoras de los medicamentos (en la provincia de Cádiz); otras dos como presuntos responsables del establecimiento de venta de estos productos careciendo de autorización (en La Línea), y los referidos cuatro veterinarios colegiados. Las recetas se prescribían a la responsable del establecimiento que carecía de autorización en La Línea, que "ni tan siquiera era titular de ninguna explotación ganadera ni de animales a los que pudiera suministrar los medicamentos adquiridos", apunta la Guardia Civil.

Durante la investigación, los agentes comprobaron además que los veterinarios "no realizaban un diagnóstico previo de animales ni comprobaban que a la persona que prescribían los medicamentos fuera poseedora de animales". También que "la mayoría de los medicamentos que disponía para la venta el citado establecimiento se podían utilizar en animales que se destinan para consumo humano". El Seprona continúa con las investigaciones.