agricultura

La huelga: un dominó que se nota en el campo y en la mesa

  • Dos semanas de parón en el transporte han provocado una secuencia lineal de cambios en la Sierra de Cádiz

Aceite saliendo de un tanque en una cooperativa de Olvera.

Aceite saliendo de un tanque en una cooperativa de Olvera. / R.A.

El efecto dominó de la huelga de transporte ha generado en dos semanas una secuencia lineal de cambios en el sector primario en la Sierra, que ha puesto sobre la mesa las debilidades de la cadena alimenticia y, sobre todo, ha mostrado que si falta una pieza del mecano este funciona a pérdidas. La falta de camiones ha tocado a la industria agroalimentaria de la comarca, dejando de relieve que este sector del transporte, que no puede competir con el alza de los combustibles, es vital para su desarrollo. Ni puede competir el transporte ni tampoco el campo con las subidas del gasoil profesional, ahogado por los costes de producción, que superan a las ganancias y hace inviable la producción.  

“Es un desastre total lo del gasoil”, dice un ganadero de la Sierra, que estas dos últimas semanas ha visto como los productores de pienso han tenido que dosificar la venta de estos compuestos para alimentar a los animales ya que la materia prima para hacerlos ha llegado en menor escala y en algunos casos ni siquiera ha llegado por la falta de camiones. “Si entramos en el tema del gasoil lo estamos pasando muy mal.  El año pasado compraba el litro a 60 céntimos y el último que he cogido, hace dos meses, fue a 95 céntimos. Ahora cuando empiece la recolección del heno no sé qué me va a pasar para el ganado, para las vacas, cabras y ovejas que tengo. Eso me preocupa mucho porque las cuentas no van a salir”, confiesa. 

Los efectos del paro del transporte, vital en el eje del sector agrícola, ha traído también preocupación para los ganaderos, que en algunos casos han tenido que tirar leche porque no se la han podido recoger para llevarla a las industrias lácteas y en otros han dejado a chivos, corderos o cerdos destinados al mercado en las propias explotaciones por falta de transporte, suponiendo, dicen los afectados, un gasto adicional con el que no contaban.  

En el plano del aceite de oliva que se produce en la Sierra, algunas cooperativas se han visto obligadas a repartir a muchos puntos de la geografía en furgonetas pequeñas autorizadas ante la falta de camiones con unos costes más altos, intentando que los distribuidores y clientes no se queden sin el producto.  El material auxiliar para envasar estos mismos aceites como botellas, cartonajes, tapones, escasea, también, en algunos casos. El sector del aceite espera que haya una solución en el conflicto del transporte porque no quiere pensar que de continuar los paros y agotar sus formatos para el embotellado, se podría parar la comercialización. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios