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Economía

"Hay que hacer entender que el jerez es un vino, no un licor"

  • El presidente del Consejo Regulador reclama un esfuerzo para definir una estrategia a fin de que "el jerez siga siendo fuente de riqueza muchos años más".

El Consejo Regulador celebra en estos días su 80 aniversario, largo periplo en el que han cambiado muchas cosas, pero tras el que se mantiene la esencia de las funciones y cometidos para los que nació la institución jerezana del vino, dedicada fundamentalmente a la certificación, la defensa y la promoción de los vinos de Jerez.

Ocho décadas después, el Consejo del vino se enfrenta a nuevos retos en un escenario global y mucho más competitivo. El presidente de la institución, Beltrán Domecq, apela a la necesidad de poner en marcha una estrategia para que el que considera el "mejor vino del mundo" siga siendo "fuente de riqueza muchos años más".

Beltrán Domecq, enólogo de 69 años considerado uno de los grandes señores del jerez, disertó ayer sobre el presente y el futuro de los caldos jerezanos durante su intervención en los Desayunos Informativos que organiza Grupo Joly con el patrocinio de Banco Santander, cita celebrada en el Hotel Jerez.

En contra de lo que se pueda pensar, el presidente del Consejo Regulador goza de un poder limitado y tampoco tiene una varita mágica para solucionar los problemas del sector, dejó entrever Domecq en su introducción, en la que destacó la "intensa labor de promoción" de los últimos años. "Creo firmemente que el futuro del vino de Jerez se juega en el mercado, y no en los despachos".

Tras ofrecer algunas pinceladas sobre el funcionamiento interno del Consejo Regulador y repasar las principales cifras de la industria, Beltrán Domecq entró en harina con el análisis de la situación actual y las herramientas de las que dispone el sector para consolidar los últimos avances y dibujar un futuro mejor para el jerez.

El presidente del Consejo tiene la "sensación" de que se está produciendo un cambio de tendencia desde hace dos años a esta parte por "la mejora de los precios del vino de Jerez, cuya consecuencia directa es un aumento de la facturación pese a la pérdida de volumen en las ventas".

Pero además, Beltrán Domecq destacó que el negocio del vino comprende otras actividades asociadas que también generan riqueza, caso de la distribución de otras bebidas y productos alimentarios, o el enoturismo, que atrae a cerca de medio millón de visitantes al Marco. Y luego hay otros elementos intangibles, entre los que citó la aportación del vino como seña de identidad cultural y el principal artífice del reconocimiento internacional de nuestro territorio.

La evolución de las ventas y de los consumidores del jerez explican algunos de los principales retos y oportunidades que tiene por delante el sector y que no están exentos de amenazas. Beltrán Domecq explicó que aunque España es el principal mercado, los mercados tradicionales europeos concentran casi la mitad las ventas, con predominio de los tipos dulces como el cream, el medium o el pale, que se identifican como un licor más que como un vino.

En este punto, el presidente del Consejo consideró que la estrategia del sector debe dirigirse a "hacer del jerez cada vez más un vino". "Tenemos que vincular nuestro producto a la uva, al viñedo, a la gastronomía y a todo el imaginario del mundo del vino, pues aunque a muchos les parezca que es una obviedad, les aseguro que colocar al jerez en el universo de los vinos, que los consumidores e incluso los profesionales entiendan que el jerez es un vino y que hay que tratarlo como tal, es un trabajo que aún está pendiente".

De entre los tres tipos de consumidores del jerez -los tradicionales, entre los que abundan las mujeres mayores de 55 años que relacionan al jerez con el aperitivo o lo consumen entre horas en franca reducción; los ocasionales, de ambos sexos, que lo beben en ferias, celebraciones o cócteles; y los expertos, también de ambos sexos, más jóvenes y que lo consumen con frecuencia como cualquier otro vino y preferentemente en la comida- Domecq animó a centrar los esfuerzos en el último grupo, el que mejor encaja con el mensaje de que el jerez, con su versatilidad y diversidad, es un vino que puede sentarse a la mesa y servirse en otra copa distinta del catavino.

Iniciado el camino de retorno a la senda del crecimiento en valor, de la que espera que se contagie también pronto el volumen, el presidente del vino defendió "la necesidad de definir una estrategia sectorial, basada en criterios de identidad, calidad y rentabilidad", para consolidar los avances de los últimos años y "permitir que el jerez siga siendo una fuente generadora de riqueza durante muchos años más".

Entre las propuestas o medidas que pueden contribuir al cambio, Domecq abogó por incorporar profundos cambios en la normativa, entre los que dedicó especial atención a la necesidad de hacer compatibles las gamas tradicionales de vinos Premium con el desarrollo de otros productos con más clara vocación de volumen, ya sea vinos tranquilos y otro tipo de productos. La idea es segmentar la oferta aprovechando los "tributos" de la marca jerez y bajo la premisa de la calidad que atesora los caldos jerezanos.

El presidente del vino animó al sector a centrar su esfuerzo en definir cómo debe ser el jerez que conquiste el futuro, sus categorías, tipos y requisitos, siempre de acuerdo con la opinión de los consumidores, al tiempo que subrayó la importancia de dar mayor protagonismo en las gamas Premium a elementos de valor "netamente jerezanos", como los pagos, tiempos de crianza, sacas...

El presidente del Consejo Regulador apuntó a la importancia de explorar también la vía de la comunicación en la estrategia sectorial para acordar "cómo comunicarnos con los consumidores, dónde aplicamos los esfuerzos colectivos y con qué mensajes", aspectos en los que ya están trabajando la patronal bodeguera y otras organizaciones del sector.

"Personalmente debo decir que soy un enamorado de los vinos de Jerez desde que nací y que, como enólogo, estoy convencido de que nuestro vino es el mejor del mundo", apostilló Beltrán Domecq, quien se mostró optimista de cara al futuro, desde el convencimiento de que "si trabajamos juntos, los vinos de Jerez alcanzarán el éxito que merecen".

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