"Se ha peleado hasta el último voto. Estoy al borde de las lágrimas". Carmen Fraga, la europarlamentaria del Grupo Popular que defendió ayer en el plenario de la cámara europea el Acuerdo de Pesca con Marruecos, no podía esconder la emoción por haber arrancado a sus socios una mayoría de votos positivos que han dado por fin luz verde al convenio que, tras 18 meses de negociación, permite a 126 buques comunitarios faenar en el caladero marroquí. De ellos unos 100 son barcos españoles, 40 de las cuales son embarcaciones con puerto en Andalucía, principalmente, de dos de las poblaciones más azotadas por el paro, la pérdida de ayudas y la falta de horizonte lejos del mar como son Barbate, Conil y Algeciras. Los europarlamentarios no jugaban ayer, por tanto, con un asunto menor, no al menos para los intereses de la provincia de Cádiz.

310 votos a favor, 204 en contra y 49 abstenciones fueron los números del resultado final de la votación realizada ayer en Estrasburgo en una sesión plenaria del Parlamento Europeo presidida por el español Alejo Vidal Cuadras en la que no todo estaba tan claro. Sobre todo después del intenso debate de las últimas semanas en el que, de nuevo, el uso que hace Marruecos de las aguas del Sáhara Occidental fue el principal argumento de los opositores. "Se ha trabajado hasta el último minuto convirtiendo los votos en contra por abstenciones. Y no crean que eso es una tarea fácil cuando hay que equilibrar tantas sensibilidades", explicó el popular Gabriel Mato, presidente de la Comisión de Pesca que ha cocinado este nuevo texto que ha venido a reformar los puntos por los que fue rechazado hace dos años. "Creo que estamos ante el protocolo mejor, el que responde a las preocupaciones expresadas en esta cámara, con nuevos mecanismos de control, tanto financieros como de sostenibilidad", agregó Fraga, sobre un convenio que contempla, en términos de contrapartida económica, el pago a Marruecos de 30 millones de euros (6 menos que en el protocolo anterior) con destino obligado a proyectos de cooperación y desarrollo social. El rendimiento económico global para el sector que Europa espera recibir es el de 100 millones anuales. Las cuentas, al menos en este punto teórico, cuadran y se verán ratificadas por el Consejo de Ministros de Pesca europeos, previsiblemente, el próximo lunes 16 de diciembre.

En lo que atañe a la actividad, el nuevo marco que regirá la política pesquera entre el viejo continente y el vecino Marruecos en los próximos cuatro años (2014-2017) contempla un incremento de las posibilidades de pesca en un 33%, fundamentalmente porque suben las cuotas destinadas a la pesca pelágica industrial (de 60.000 80.000 toneladas) a cambio de que se reduzcan el número de licencias adscritas al acuerdo anterior: por lo que pasa de 137 a 126 buques.

Con todo, este acuerdo ha sido "ampliamente respaldado y debatido con el sector pesquero español y marroquí, y también con los sindicatos de transportes de todos los países, así como el Gobierno de España y especialmente la Junta de Andalucía", señaló Fraga.

La voz al sector pesquero la puso ayer en Estrasburgo un exultante Javier Garat, presidente de la Confederación Española de Pesca que comparó la aprobación del Acuerdo de Marruecos con "un regalo de Reyes", pues no en vano, la vuelta de los barcos españoles a la costa del reino alauí está prevista para las dos primeras semanas de enero. Además, este acuerdo permite darle un descanso al sobreexplotado Golfo de Cádiz, vino a decir Garat sobre el escaso (cuando no inexistente) margen de maniobra que han tenido los pescadores gaditanos en los últimos años. "Si yo estoy feliz, imagínese en Barbate. Estamos muy agradecidos a la labor de los eurodiputados españoles que han negociado muy duramente con sus socios y han sacado adelante un protocolo necesario para el sector en términos de empleo", añadió. Un punto de vista compartido por el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, que celebró "el día grande para la pesca española" que otorga la aprobación del Acuerdo de Marruecos, asío como el de la Política Pesquera Común, que también recibió el visto bueno de la eurocámara ayer.

De manera directa, España empleará a 1.500 tripulantes -unos 800 andaluces- y a 500 marroquíes. Por otro lado, y como parte de una de las cláusulas que más han subrayado los europarlamentarios españoles para sacar adelante este texto, Marruecos se compromete a darle un uso de desarrollo social a los 30 millones que recibirá por parte de la Unión Europea. De hecho, ésta es "la primera vez", indicó Fraga, que un acuerdo de pesca contempla la creación de una Comisión Mixta para el seguimiento que se vaya a hacer de esas ayudas de manera que "si Marruecos no destina a los fines comprometidos esas ayudas, la UE se reserva el derecho de suspender unilateralmente este pacto y por tanto la contraprestación económica". Una suspensión que también se ejecutaría en el caso de que Marruecos vulnerara la cláusula de Derechos Humanos, uno de los puntos más discutidos del pacto por la situación política en el Sáhara Occidental. Precisamente, para que la rúbrica del Acuerdo llegara a buen puerto Marruecos puso como condición que en la redacción del texto la mención a las aguas que bañan el Sáhara -y en la que faenarán, sobre todo, barcos de gran tamaño- se sustituyera por el eufemismo Marruecos Sur.

Precisiones léxicas aparte, Fraga censuró la "hipocresía" de quienes rechazando este acuerdo de pesca y no hacen lo mismo en otras políticas bilaterales con Marruecos. Por su parte, Gabriel Maro declaró que "el Parlamento Europeo no es el encargado de resolver el problema del Sáhara. Hay que buscarle una salida pacífica a este contencioso, pero el Acuerdo de Pesca no es el marco para ello". La "legalidad y el respeto a los Derechos Humanos con informes de los servicios jurídicos europeos y de la ONU" están presentes en este texto, remarcó Fraga, la gran responsable de la luz verde a un convenio que, al fin, saca a los barcos andaluces del dique seco.