Alrededor de un centenar es la cifra de personas que suele acudir diariamente a ese templo del flamenco en La Isla conocido como Venta de Vargas. Una cantidad acrecentada durante el periodo estival con todos los visitantes que se resisten a abandonar la ciudad natal de Camarón sin respirar antes entre los muros que fueron testigo de sus primeros pasos en el cante hondo.

Por esa razón, y en base a su compromiso con la divulgación del mito, los propietarios de la Venta de Vargas pusieron en marcha una iniciativa que ha permitido visitar durante el mes de agosto el clásico establecimiento entre las doce y la una del mediodía, es decir, antes de que sus salones se llenen de clientes para degustar la más clásica gastronomía isleña.

"Tomamos esta decisión ante la incompatibilidad que suponía el gran número de visitas con los servicios de hostelería a los que se dedica la venta", aclara Lolo Picardo, uno de los encargados del local, quien además indica que son los propios dueños de la venta quienes se encargan de explicar a los visitantes los tesoros guardados en este templo de tradición.

Estas circunstancias, como poco, sorprenden, ante la escasez de las cifras oficiales en torno a la ruta municipal de Camarón que, según los técnicos de la oficina de información y turismo, "apenas tiene salida". Los propietarios de la venta consideran que "debe haber algún fallo en la gestión de esta ruta a juzgar por las 9.000 personas que se desplazan cada año hasta aquí".

Este problema, dicen, radica en que "la ruta sólo se oferta un día a la semana". Los turistas alojados en otros pueblos de la provincia, como Conil o Barbate, no siempre lo tienen fácil para adaptar su esquema vacacional a la limitada oportunidad que se les brinda para realizar este recorrido. Esta iniciativa, aclaran, debería llamarse "del flamenco" y "no acotar su contenido a la figura de Camarón", para devolver a La Isla la fama que siempre ostentó como baluarte de este arte en la provincia gaditana.

Por eso tratarán de solicitar al Ayuntamiento las competencias necesarias para explotar este foco de atracción turística al que se sienten estrechamente vinculados desde la Venta de Vargas. Un deseo que vendría a sumarse a otros como la semana flamenca La Levantera, que incluía tres espectáculos de teatro, más otro en la plaza de toros y flamenco en la calle. "Desgraciadamente no hemos podido llegar, por el momento, a un acuerdo con los responsables municipales de Turismo y Cultura, pero el proyecto sigue ahí pendiente de materializarse algún día", apuntan.

Mientras tanto ya son varias las iniciativas que esta entidad con solera ha puesto en marcha con un éxito considerable. Un ejemplo son las denominadas madrugás flamencas, que durante el mes de agosto han contado con la participación de grandes figuras del flamenco como Juan Villar, Diego Carrasco o Mariana Cornejo. Éxito asegurado. Ya lo demostraron en agosto del pasado año, cuando el programa se puso en marcha por primera vez, e, incluso, con las ediciones celebradas en algunos de los puentes festivos como el del Pilar, Tosantos o la que tuvo lugar durante marzo -con la actuación estelar del bailaor Antonio Canales-.

Otra de las iniciativas desarrolladas en pro de la difusión de este trozo del patrimonio inmaterial isleño es lo que se conoce como cenas con flamenco, donde las degustaciones gastronómicas de la archiconocida Venta de Vargas son amenizadas con las actuaciones de los artistas más relevantes del panorama local actual.

Un amplio abanico de opciones que, en definitiva, viene a completar esa carestía de la que adolece La Isla en lo que a la figura de Camarón se refiere. Laguna que se secará con la futura -aunque indefinida- puesta en valor de la casa del artista, la fragua donde trabajó su padre o la sede de su fundación en terrenos reservados, precisamente, junto a la Venta de Vargas. Una firma que siempre velará por el cantaor que hoy la contempla desde su trono de bronce al sol.