Provincia de Cádiz

Los extranjeros ya suponen el 7% del negocio inmobiliario en la provincia

  • En el último año han adquirido 578 viviendas en las que gastaron más de cien millones de euros Franceses e ingleses son los principales clientes y los rusos siguen sin aparecer

Los extranjeros están salvando lo que queda del mercado inmobiliario en la provincia y en los últimos doce meses, según los datos del Ministerio de Fomento, ya supusieron el 7,3% del negocio, un porcentaje nunca alcanzado, lo que no quiere decir que se vendan más viviendas, sino que la reducción del mercado nacional entrega más protagonismo al cliente de fuera. En el mismo periodo de hace siete años, antes del estallido de la burbuja, el mercado inmobiliario para extranjeros era un 4,1%, si bien en aquellos años se vendieron 1.051 viviendas a clientes de fuera del país y en los últimos doce meses han sido 578. La diferencia está en el hundimiento del mercado nacional: en 2007 se realizaron 25.320 transacciones y entre junio de 2013 y junio de 2014 en la provincia se han vendido, sumando vivienda nueva y vivienda de segunda mano, 7.839 casas.

La importancia añadida del mercado extranjero estriba además en su poder adquisitivo. Esas 578 viviendas vendidas a extranjeros han supuesto un desembolso, casi siempre en mano, de 102 millones de euros. Contando con que el montante total del sector en volumen de negocio ha sido de 881 millones en vivienda libre, quiere decir que el dinero venido de fuera ha supuesto casi el 12% del sector.

El perfil del comprador de fuera se puede intuir en las cifras. En la actualidad, un extranjero gasta de media en una vivienda de segunda mano en la provincia unos 212.000 euros y 195.000 si se trata de vivienda nueva (el cliente nacional gasta de media 116.00 euros). Es un perfil muy distinto al comprador extranjero de la provincia donde se producen más transacciones con personas de fuera, que es Málaga, donde en el segundo trimestre de este año se vendieron más de 2.000 viviendas a extranjeros, cuatro ves más que las vendidas en todo el año en Cádiz. Allí, en Málaga, el comprador extranjero, capitaneado por la nacionalidad rusa, gasta 198.000 en segunda mano pero que está dispuesto a pagar 244.000 en vivienda nueva, principalmente chalés. Y así era también el extranjero que venía a comprar a la provincia antes de la crisis, cuando con los precios disparatados pagaba 209.000 euros (es decir, menos que ahora) por una vivienda de segunda mano, pero estaba dispuesto a desembolsar 263.000 euros por una vivienda nueva.

Juan Carlos Miralles es gerente de La Segur, una inmobiliaria de Vejer que mira mucho al mercado extranjero porque en esta localidad el 40% de las operaciones se realizan con gente de fuera. Ningún otro municipio de la provincia iguala este porcentaje. Para Miralles, "el cliente tipo de Vejer es muy distinto al de la Costa del Sol. Para empezar, aquí no hay rusos. Ni uno. Para encontrarlos tendríamos que irnos a Sotogrande porque ese cliente ruso busca el lujo y aquí nosotros jugamos con otros elementos diferenciadores. Aquí, la nacionalidad más habitual ha sido la británica, pero ahora vienen muchos franceses y belgas. Y lo que buscan es una casa andaluza en el casco histórico con patio yn una construcción lo más tradicional posible. No es fácil de lograr, pero si consigues darles lo que busca no tendrá problemas en soltar 300.000 euros y lo hará en mano, nada de hipotecas, porque son personas con un nivel adquisitivo muy alto. Por contra, el que busca compra vacacional lo que quiere es un apartamento y su presupuesto es mucho más reducido".

Muy distinto es el caso de Jerez, que, pese a ser la localidad con más transacciones, no se ajusta al perfil del extranjero que compra en la provincia. Los dibuja Paco Escot, presidente de una de las inmobiliarias líder de la provincia, Mister Casa: "Nos vamos a encontrar con franceses y belgas de clase media baja que buscan un producto barato para segunda o tercera residencia. Han escuchado que en España los precios de la vivienda se han derrumbado, un conocido les ha dicho que ha conseguidouna ganga y están dispuestos a regatear el precio hasta ajustarse a lo que tenían pensado pagar para luego poder decir que ellos también han logrado una ganga en España. De hecho, lo que compran son pisos no muy grandes en el centro por no más de 60.000 euros o incluso pisos en las que llamaríamos barriadas populares por no más de 25.000 euros".

Junto a este cliente de perfil bajo, también existe el rastreador. es el extranjero con un nivel adquisitivo más alto, donde ya se incluyen algunos británicos y escandinavos, que están detrás de casas andaluzas con techos altos de viga. "Desgraciadamente, buscan, pero no suelen comprar", afirma Escot.

Otro fenómeno que se está dando en los últimos años es el cliente chino, que compra para vivir. Son los que regentan negocios y su modo de operar es siempre el mismo: "Piden pisos con muchas habitaciones, cuatro mínimo, aunque no sean muy grandes y quwe esté, como muy lejos, a cinco minutos andando del negocio. Casi todos, además, suelen tener el mismo presupuesto: 80.000 euros pagados en mano". "¿Y rusos?" "Nada, los rusos, moscas".

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