Pablo Quirós comenta que, hace veinte años, cuando llegó a la Facultad de Ciencias de la Educación, entró en contacto con algo que suponía una “dimensión desconocida”: la identidad masculina y su aprendizaje. “Esto sucede porque, desde, pequeños nos dicen cómo tenemos que ser –explica–. Cuesta cuestionarse a uno mismo y poder ver esa parte del machismo que está aprendido, interiorizado y visto como normal”.

Y lo normal, además, es negar la mayor. Yo nunca haría eso, yo no soy ese tipo de hombre: “Pero hay una parte que es inevitable –sostiene Quirós–. Hay un choque con la identidad porque te reflejas en otros modelos que, muchas veces, parten de construcciones que se formaron por determinados motivos y tuvieron sentido en su día”.

Gran parte de estos aprendizajes asumidos tienen que ver con las estructuras de poder: “Creer que eres mejor o más apto, que tienes que llevar la iniciativa en todo momento, junto con asumir conductas de riesgo”. Por supuesto, el malote es el alfa:“Todo porque vas probándote y buscando tu sitio, y esperando a que te aprueben, a demostrar que eres válido”.

“Desde ahí –prosigue– se está generando al final mucho sufrimiento, porque no son actitudes que busquen una relación entre iguales o relaciones de pareja sanas, sino con dificultades para poder gestionar las emociones como mínimo, o que terminan en comportamientos tóxicos e, incluso, en violencia”.

En una fecha como 2007,y al calor de este nueva concienciación, se puso en marcha el programa de Nuevas Masculinidades en Diputación. “Desde entonces, poco se ha podido hacer pero se ha hecho”, apunta. Quirós ha formado parte de plataformas como la Red de Hombres por la Igualdad, y ha impartido numerosas charlas y encuentros en centros escolares, institutos o asociaciones, donde cree que es importante realizar un acercamiento “lejos de la culpabilidad: de hecho, creo que hace falta una mirada más amable desde las instituciones. Este tipo de proyecto siempre funciona, además, cuando hablamos de iniciativas de larga duración o en las que también intervienen familias, profesorado y el entorno”.

La asunción de cambio de modelo tiene beneficios en aspectos como la crianza, “que se vive de forma más positiva, respetando más los ritmos... Al fin y al cabo, muchos reproducimos los modelos de hombres que hemos tenido. Hasta hace relativamente poco, el modelo totalmente predominante era el de padre ausente total, que ha veces seguimos reproduciendo”.

La idea de organizar un congreso virtual nació en el confinamiento, conforme comenzaban a saltar noticias del aumento de casos de violencia doméstica: “En general, los hombres estamos más focalizados a externalizar los sentimientos, el bar, el campo de fútbol... El encierro generó convivencias no deseadas, conflictos complicados de gestionar para muchos hombres”.

La iniciativa está enfocada hacia la prevención de la violencia machista

Así, desde mañana al día 21 de este mes, distintos especialistas participan en el congreso virtual Hombres en en cambio desde la igualdad. En total, con 25 ponencias de especialistas de España y Latinoamérica en la prevención de violencia machista y nuevas masculinidades. Entre ellos, Amparo Tomé González (Coeducación con los chicos:Proyecto Arianne), Ander Bergara (La iniciativa Gizonduz del gobierno vasco) o Rosa Cobo (Hombres, prostitución y pornografía: el placer del poder).

“Las redes sociales, de hecho, están abriendo y tocando estos temas –prosigue Pablo Quirós– Es importante añadir que esta propuesta está abierta también a instituciones, coles, universidad... Quienes están ahí con esa intención de generar cambios, pueden encontrar muchos recursos en los que apoyarse”.

Cambiar el lugar que ocupa el arquetipo masculino en el mundo, comenta Quirós, es difícil porque “no hay referente. Cuando uno siente que algo no va bien hay que moverse, pero tienes que saber adónde”.