Actividad casi plena en el sector pero menor contratación que otros veranos. Ésta es la conclusión que se extrae de los datos de afiliación a la Seguridad Social de la hostelería en la provincia de Cádiz correspondientes al mes de agosto. Bares y restaurantes mantuvieron de alta a una media de 51.235 trabajadores en Cádiz durante el mes clave para la temporada alta de verano, lo que supone una reducción del 10% respecto a agosto de 2019.

El dato implica que la hostelería perdió uno de cada diez puestos de trabajo en comparación con el ejercicio pasado, el mejor en materia de empleo de los últimos doce años. La pandemia de coronavirus ha hecho añicos la previsión que se manejaba a principios de año de repetir los niveles de actividad de 2019. Sin embargo, el verano no ha sido tan negativo si se tiene en cuenta que arrancó con una caída del empleo del 19% en relación con 2019, según los datos del pasado mes de junio.

Hay más matices que iluminan este sombrío panorama. El sector de la hostelería cerró agosto con un total de 8.624 autónomos, lo que supone un 0,2% más que el año pasado y marca un nuevo máximo en la estadística de la Seguridad Social, que se remonta hasta el año 2009.

La caída de la afiliación se debe exclusivamente a que hay menos trabajadores por cuenta ajena dados de alta. Concretamente, son 5.805 trabajadores menos respecto a agosto de 2019, lo que implica un descenso de casi el 12% en términos porcentuales y deja la cifra total en 42.606.

Estos datos evidencian que la desescalada no ha supuesto el retorno a los niveles previos a la crisis. La mayoría de los negocios clausurados forzosamente durante el estado de alarma han reanudado la actividad pero han sido cautos y han contratado a menos personal ante la perspectiva de un verano prácticamente sin turismo internacional y en el que sólo se podría contar con visitantes autóctonos para intentar salvar los muebles.

Sin embargo, a medida que ha avanzado el verano el diferencial de empleo con el año pasado se ha ido estrechando y en términos de puestos de trabajo, el sector se encuentra en los niveles en los que se movía en el año 2016.

Esto es consecuencia probablemente de que el destino Cádiz ha acusado mejor el impacto de la pandemia. La provincia se ha erigido este año en uno de los puntales del turismo en España. En junio, sólo Madrid superó a la provincia de Cádiz en número de visitantes, y en julio logró el tercer lugar, sólo por detrás de Málaga y Baleares.

Además, los hoteles de la provincia de Cádiz están registrando una temporada estival algo mejor de lo esperado inicialmente, según Horeca, la patronal provincial del sector. La ocupación hotelera en los principales núcleos de población se situó en el 61% durante agosto, casi diez puntos por encima de la previsión del 52,7% que manejaba el sector a finales de julio.

Este vaivén evidencia el peso de las reservas de última hora como consecuencia de que los turistas han retrasado todo lo posible sus desplazamientos con la vista puesta en la evolución de la crisis sanitaria,

Por otra parte, la pandemia ha agudizado algunas de los aspectos negativos de la actividad de la hostelería, especialmente en lo que se refiere a la estacionalidad del empleo. Uno de cada cinco trabajadores del sector se ha dado de alta entre los meses de mayo y junio, y eso no es algo únicamente característico de un año tan atípico como éste. Es una situación que se repite de manera sostenida en la última década, según los datos de la Seguridad Social.

Otra de las conclusiones es que la crisis sanitaria ha truncado la tendencia a una mayor estabilización del sector. 2020 arrancó con el mejor dato de empleo al menos desde 2009, último ejercicio comparable ya que la Seguridad Social modificó la toma de datos a partir de ese momento. El sector contaba el pasado mes de enero con 28.724 asalariados, un 3,6% más que en enero de 2019. Pero lo que es más significativo es que mejoraba las cifras de empleo registrada en el arranque del verano entre los años 2009 y 2014.