Provincia de Cádiz

Un emotivo y sentido pregón antecede a la Semana Mayor

  • David Gutiérrez cautiva con sus palabras a los numerosos cofrades presentes en el acto

Por fin se dispersaron las dudas: un sacerdote puede dar un gran pregón sin necesidad de convertirlo en una homilía.

A las doce en punto de la mañana, con las preces de rigor, comenzó el acto cuaresmal más esperado por los cofrades que, como decía el pregonero, da el pistoletazo de salida para la cuenta atrás hacia una nueva Semana Mayor.

Tras unas palabras introductorias de José Lagóstena Gutiérrez en nombre del Consejo Local, tomó el atril el pregonero de la Semana Santa de 2007 y presentador del de la presente, Andrés Damián Hernández, que hizo un extenso recorrido por la vida del chiclanero pregonero de la Semana Santa de 2008, destacando su inicio en los estudios en el Colegio La Salle - Viña de la capital gaditana, así como su primer acercamiento al mundo de las hermandades y cofradías como consecuencia de ejercer como monaguillo en la parroquia de San Telmo desde los 9 años de edad. Es hermano de las cofradías de Humildad y Paciencia de Chiclana, de la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla y de la Vera-Cruz de Cádiz por vinculación familiar. En 1996 ingresa en el seminario de San Bartolomé de Cádiz y en 2003 es ordenado sacerdote en la catedral de la capital gaditana. Tras su primer destino en la iglesia de Santa María la Coronada de San Roque, en la actualidad es párroco en la de Santa Teresa de Jesús de Ceuta, siendo recientemente nombrado canónigo de la catedral de dicha ciudad.

Tras la presentación, tomó la palabra el padre David que comenzó, como no, haciendo una semblanza de su querida ciudad de Chiclana y de sus recuerdos de infancia en ella, incluyendo unas sentidas palabras hacia de una de las mayores devociones de nuestra ciudad, de la de Santa Ana, gran olvidada en algunos pregones de Semana Santa y que levantó los primeros y sentidos aplausos de un público cofrade que arropó en todo momento al pregonero.

La siguiente parte del pregón estuvo dedicada a las numerosas hermandades de Gloria de nuestra ciudad: Remedios, Rocío, Carmen atunera y de la banda. Destacó la deuda que Chiclana tenía con su Patrona: la Coronación Canónica, y por otro lado, hizo patente la importancia de las devociones letíficas, en muchas ocasiones relegadas o vistas en segundo plano respecto a las hermandades y cofradías de penitencia.

Tampoco olvidó el padre David en su pregón la importancia de los jóvenes cofrades, especialmente patente en las Cruces de Mayo y en la agrupación parroquial de Las Angustias de San Sebastián.

Tras ello, se adentró de lleno en las excelencias de nuestra Semana Mayor, algo que para los cofrades es algo más que siete días, pues se vive a lo largo de todo el año en una espera de sueños y proyectos a realizar.

A continuación hizo un recorrido por cada una de las cofradías penitenciales, como no podía ser menos en un sacerdote, por orden de la pasión, mezclando la prosa y el verso y aportando importantes datos históricos y artísticos sobre las diferentes entidades.

El pregón terminó con unos sentidos versos a la Virgen de las Lágrimas y Esperanza, la devoción mariana de su hermandad, seguidos de unos intensos minutos de aplausos de los asistentes.

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