Un desgobierno previsible y sin futuro tras una reprobación sin precedentes en Sanlúcar
El panorama político de la localidad se desmorona tras la reprobación de la alcaldesa Carmen Álvarez (IU), quien gobierna con menos de un tercio de los concejales de la Corporación
Sanlúcar paga ahora las consecuencias de un acuerdo contra natura que ha derivado en el escenario político más inestable de Cádiz
Carmen Álvarez, reprobada por la mayoría del pleno de Sanlúcar
La situación política en Sanlúcar de Barrameda es insostenible. No es nuevo, ni tampoco impredecible desde el infame pacto de coalición que perpetraron dos enemigos públicos en lo político como siempre han sido Carmen Álvarez y Víctor Mora. Sucedió el 16 de junio del 2023, tras unas elecciones municipales que dejó la Corporación dividida en tres bandos —con el permiso de los dos concejales de VOX— que ni quisieron, ni han querido, ni muestran el más mínimo amago de querer entenderse. Ahora, con la reciente reprobación de la alcaldesa de Sanlúcar con los votos de 18 concejales del Consistorio, el panorama se vuelve aún más oscuro y desalentador para el gobierno más inestable de toda la provincia de Cádiz.
Las palabras se las lleva el diablo, y en política, todavía más: “Se cierra una herida de casi 40 años, y espero que desde hoy esa relación histórica entre la izquierda sea buena y tengamos cuatro años de un buen gobierno para Sanlúcar”, afirmó Víctor Mora, lider socialista que aceptó ser teniente de alcaldesa de una figura política como Carmen Álvarez, que llevaba años siendo su máxima oponente en los plenos y en las calles de Sanlúcar. Nadie creía en el pacto, ni ellos mismos, ni la oposición, ni mucho menos, los sanluqueños. Y tras dos años de paripé, con dos gobiernos jugando la Guerra Fría, el PSOE decidió saltar por los aires el pacto de coalición.
Desde entonces, lo que Izquierda Unida valoró como una oportunidad para gestionar todas las áreas desde un mismo timón se ha convertido en un quiero y no puedo. Porque no se puede gobernar un Ayuntamiento con menos de un tercio de sus ediles con la autoridad y la indiferencia de quien cree tener una mayoría absoluta para hacerlo. Eso sí, tras más de 7 meses sin hacerlo, el ejecutivo sanluqueño inició la pasada semana una ronda de contactos con los grupos de la oposición. El PP fue el primero en reunirse con Carmen Álvarez y su equipo, en un encuentro del que no ha trascendido más que el "clima de cordialidad y entendimiento" entre ambas formaciones. La próxima cita, anunció la propia IU tras la primera reunión, debería haber sido con el PSOE, pero el partido de Víctor Mora, tras uno de los plenos más tensos que se recuerdan en el Consistorio sanluqueño, ha negado cualquier posibilidad de reunión con su ex socia Carmen Álvarez.
Reprobación histórica
Este tenso pleno quedará marcado para la historia política de la localidad a raiz de una moción de reprobación de la alcaldesa, presentada inicialmente por VOX y respaldada por PSOE y el PP —un inusual tripartito de la oposición—, que va más allá de un simple acto testimonial. Significa la cristalización del hartazgo y, de paso, la evidencia palpable de la absoluta minoría en la que gobierna Izquierda Unida. El voto de 18 concejales en contra de la gestión de la alcaldesa, Carmen Álvarez, no solo marca un precedente en la historia democrática de Sanlúcar al ser la primera regidora reprobada, sino que también desnuda las costuras de un gobierno que opera con menos de un tercio de la corporación.
El ejecutivo de Izquierda Unida, por su parte, sigue en su trinchera, lamentando que el gesto de la reprobación solo persiga un "titular" y busque "seguir poniendo piedras en el camino" a una gestión que, aseguran, ha logrado importantes inversiones para la ciudad. Proyectos como los 5,9 millones de euros del Acuerdo de Doñana o los 4 millones para el futuro parque de bomberos son los logros que el actual teniente de alcaldesa, David González, puso sobre la mesa para contrarrestar la ofensiva. Sin embargo, la defensa choca de bruces con la realidad numérica y con la extrema polarización del Ayuntamiento. La unión coyuntural de PSOE, PP y VOX en la reprobación es una fotografía elocuente del futuro: un horizonte de gran dificultad para el gobierno en minoría, donde cada iniciativa de calado se convertirá en un calvario de negociación o, más previsiblemente, en un nuevo foco de confrontación.
Víctor Mora, en el aire
Si hay una figura que haya sido protagonista de la vida política de Sanlúcar en la última década es la de Víctor Mora. Alcalde desde 2013 y hasta 2023, quedó relegado a la posición de teniente de alcaldesa tras las últimas elecciones en las que su PSOE pasó de primera a tercera fuerza política de la localidad. Unos números que, desde la dirección provincial, ya significaban motivo suficiente para un relevo en el liderazgo del partido. Sin embargo, Mora se agarró al clavo ardiendo que le ofreció su archienemiga política y dio paso a un gobierno de coalición que nunca lo fue.
Para ahondar en la posición del fin de ciclo de Mora que se vislumbraba desde Cádiz, la ruptura del pacto de gobierno con IU se produjo sin el aval de ladirección provincial del PSOE, que vió en este movimiento una zancadilla a la estrategia global del partido en la provincia y un riesgo de caer en la "irrelevancia" en la localidad. El secretario general, Juan Carlos Ruiz Boix, expresó la "situación muy preocupante" que se abría para los sanluqueños, recordando que aquel pacto de izquierdas se selló precisamente para evitar que el PP accediera al gobierno. Lo más relevante, sin embargo, fue la línea roja que trazó de inmediato: los ediles socialistas tuvieron y tienen "totalmente prohibido" negociar una moción de censura con el Partido Popular.
Ahora, se inicia un compás de espera que queda pendiente de que se resuelva el panorama político en Andalucía. Además, en la nueva ejecutiva regional de María Jesús Montero tampoco fue bien recibida esa salida del gobierno de Sanlúcar, si bien no piensan tomar ninguna decisión hasta las próximas elecciones autonómicas del próximo 2026. Una vez ahí, la ejecutiva decidirá si da poder a la dirección provincial para apartar a Mora o da una última bala al lider socialista para regresar a la Alcaldía tras las elecciones del 2027.
No parece fácil ese salto, tampoco para ninguno de los rivales en la carrera electoral, ya que todo apunta a que el baile de escaños no consolidará ninguna mayoría en la Corporación más rota e inestable de todo el panorama provincial. Habría que valorar si, por el bien de Sanlúcar y los sanluqueños, es el momento de que entren nuevos gallos en el corral que puedan entenderse, negociar y llegar a los acuerdos necesarios para el impulso de una ciudad que ni merece ni es reflejo de la imagen que se proyecta desde el Palacio Municipal.
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