Rosa Rodríguez Cano y Rosa Mellado abrieron ayer una nueva tanda de declaraciones de imputados por el caso Bahía Competitiva, que investiga el fraude en las ayudas de reindustrialización por un valor aproximado de 23 millones de euros y que se encuentra en fase de instrucción. Los correos electrónicos que han ido apareciendo en esta fase y en el que se dirimen cambios en la baremación de las ayudas centraron las declaraciones de ayer.

La primera en comparecer ante la jueza Lourdes del Río en la jornada de ayer fue Rosa Rodríguez Cano, técnico de Bahía Competitiva que formaba parte de la comisión mixta de evaluación encargada de baremar las solicitudes presentadas por las diferentes empresas para beneficiarse de las ayudas del Ministerio de Industria. Según Rodríguez, los cuatro técnicos realizaban el mismo trabajo en la evaluación bajo los criterios aportados por el Ministerio llegando a un consenso. Cuando tenían cerrada la baremación, cada técnico -en la comisión estaban representadas la Agencia Idea, Bahía Competitiva y el Instituto de Empleo y Desarrollo Tecnológico (IEDT) de Diputación- trasladaba el trabajo a sus responsables, que lo supervisaban y podían realizar sus aportaciones.

En las ayudas caben cambios subjetivos, según declaró ayer Rodríguez Cano, sin que los técnicos tengan esa capacidad. Estos cambios serían en la propuesta de reparto económico por parte de los responsables superiores. Sería el caso de las alteraciones propuestas por Antonio Perales, responsable de Rodríguez Cano en Bahía Competitiva, que aparece en los correos electrónicos y que no intervenía en las evaluaciones sino en el reparto de las cuantías de las ayudas. Sobre esas comunicaciones, la técnico declaró ayer que se ha alegrado de que apareciera el último correo en el que se demuestra que se trata de una conversación recíproca entre los evaluadores. En cuanto a la mención a un presidente en el correo, Rodríguez Cano manifestó ayer que esa cuestión debería responderla Rosa Barreiro, la técnico de la Diputación que envía dicho mensaje.

La gerente de la Agencia Idea, Rosa Mellado, declaró seguidamente que cuando Gema Herrera, técnico en la comisión de evaluación por parte de la Agencia, le informó de la concentración de empresas y de los correos que proponían diversos cambios, ella se negó a que estos se produjeran y así lo habló con Teodoro Garrido, entonces gerente del IEDT.

A partir de ahí, según Mellado, pidió los expedientes físicos para analizarlos, encontraron los certificados de la sucursal bancaria y lo pusieron en conocimiento de los servicios centrales de la Agencia en Sevilla, que fueron los que contactaron con el banco para certificar las sospechas.