La epidemia de coronavirus ha impactado con fuerza en el sector del transporte de viajeros de Cádiz, formado unas 90 empresas y que da empleo a un millar de personas. Los costes financieros vinculados a la adquisición de los autobuses y el pago de los seguros está asfixiando a los operadores, que han visto esfumarse los ingresos del servicio discrecional y del transporte escolar, y sostienen los servicios mínimos del transporte regular urbano e interurbano a su costa ya que la demanda de viajeros está por debajo del 10% de lo habitual.

El coste medio de un autobús nuevo se sitúa entre 220.000 y 250.000 euros, inversión que se realiza mediante diversos instrumentos financieros. "Nuestro sector está muy endeudado. Adquirimos los vehículos a través de leasing, renting o préstamos, y tenemos que seguir pagando las cuotas cuando estos autobuses están parados por decreto", lamenta Nicolás Rodríguez Ballesteros, director-gerente de Novobus y presidente de la Asociación de Transporte Interurbano de Viajeros de Cádiz, que representa en la provincia a las dos patronales del sector en Andalucía, Fandabus y Fedintra.

La organización empresarial ha reclamado a la administración que apruebe un aplazamiento de estos costes financieros. "También pedimos a las aseguradoras que sean benevolentes en este trance. El coste de un seguro asciende a unos 3.000 o 4.000 euros por autobús al año y ahora no están circulando", señala Nicolás Rodríguez. Una opción sería darlos de baja de forma temporal, pero pocos empresarios se atreven a hacerlo para no dejar escapar ningún contrato por muy remota que sea la oportunidad, como fue el traslado de un millar de tripulantes del crucero de Carnival que se ha quedado amarrado al astillero de Puerto Real.

La problemática del sector es diferente según el negocio. El transporte discrecional, que se basaba fundamentalmente en el desplazamiento de cruceristas por el interior de la provincia o de turistas internacionales a los hoteles de la costa, ha desaparecido. Lo mismo ocurre con el transporte escolar, que cesó justo cuando se cerraron los colegios. "El discrecional y el escolar pararon desde el primer momento y ahora estamos en una situación muy grave", explica el presidente de los transportistas gaditanos. "Se podría reactivar el turismo nacional, pero esto no nos llegará porque el internacional tardará en volver", vaticina Nicolás Rodríguez

En el caso del escolar se agrega el hecho de que los contratos siguen activos, por lo que las empresas no pueden presentar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo para el personal que emplea en este servicio. "La Junta suspendió los contratos, y cuando se dio cuenta de lo que había hecho, los reactivó. Eso nos obliga a tener el personal y los vehículos preparados para retomar el transporte escolar en cuanto nos digan", sostiene.

"Estamos en proceso de ver qué indemnización podemos reclamar por unos contratos que sólo nos reportan costes de los vehículos y de los conductores", relata Nicolás Rodríguez, que apunta que en otras comunidades se ha decidido abonar un porcentaje del coste del servicio por los costes fijos a los que se enfrentan las empresas.

En cuanto al transporte urbano e interurbano, la administración ha fijado unos servicios mínimos que las empresas están obligadas a cumplir, aunque la recaudación por venta de billetes se ha desplomado. "En líneas regulares y urbanas estamos en el 30% o 40% del servicio normal, pero los viajeros han caído hasta el 9% o el 10% de lo habitual", sostiene el presidente de la patronal. En ese sentido, cree que la demanda crecerá una vez que se levante el estado de alarma, aunque con medidas de seguridad reforzada como la limitación de la ocupación al 30% de las plazas.