Provincia de Cádiz

"Tuvimos una conversación normal y corriente, no hablamos nada de alijos"

  • El guardia civil acusado de colaborar con la organización liderada por Marronero reconoce que estuvo con éste y un amigo común en un bar de Cádiz pero afirma que fue un encuentro casual de 5 minutos

El guardia civil L.M.G.J. reconoció ayer en la Audiencia que el 24 de abril de 2008 estuvo con Marronero y otras dos personas en un bar cercano al hospital Puerta del Mar, en Cádiz, pero afirmó que fue un encuentro casual y que en ningún momento se habló de alijos de hachís. El agente negó que le hubiese pedido 10.000 euros a Marronero por mantenerlo informado sobre si la Guardia Civil vigilaba o no una playa de Barbate en la que pronto iba a producirse un desembarco de hachís. José Manuel Vázquez Guerrero, conocido como Marronero, vecino de Chiclana, es considerado por el fiscal como el jefe de una organización de traficantes de hachís con la que colaboraban o a la que pertenecían los otros 37 procesados que, junto con él, ocupan el banquillo desde el pasado lunes. El fiscal pide 6 años de prisión para el guardia civil por cohecho y tráfico de drogas.

El juicio a los 38 acusados detenidos en abril de 2008 durante la Operación Marroncito, entre los que está el guardia civil L.M., continuó ayer en la Sección Cuarta y anotó dos incidentes: el presidente del tribunal ordenó a la Policía que desalojase al público de la sala de vistas y, al poco, a dos procesados que iniciaron una discusión. Ambos episodios se produjeron durante la declaración del procesado Rafael Vázquez, primo de Marronero, hermano e hijo de Antón Viejo y Antón, jefes de una organización dedicada a tráfico de hachís desmantelada hace unos años en Barbate.

El secretario estaba leyendo la declaración que en su día hizo ante el juez instructor Rafael, quien negó que él fuese conocido como Antón Chico (como aparece en el escrito de acusación). Rafael le dijo al juez que su primo le propuso "trabajar" en Barbate pero que él se negó porque estaba en libertad condicional, su hermano en la cárcel, y debía cuidar de su padre, que estaba enfermo. El fiscal sostiene que Rafael sí accedió a colaborar con su primo: que le ayudó a buscar una playa de Barbate en la que alijar el hachís.

Desde el público llegaron rumores cada vez más sonoros ante el contenido de la declaración que leía el secretario. Entonces, el magistrado Manuel Estrella pidió al público, familiares y amigos de los procesados, que abandonase la sala. Inmediatamente, en cuanto salieron los asistentes al juicio, dos acusados que se encontraban esposados el uno al otro comenzaron a discutir. La bronca subió de tono y la Policía tuvo que intervenir para apaciguar los ánimos. El presidente del tribunal optó por expulsarlos de la sala.

"Yo no estoy culpando a nadie", dijo ayer Rafael tras la lectura de su declaración ante el juez instructor. Unos veinte policías se encargan de controlar el orden durante el juicio. Unos diez o doce procesados se encuentran en prisión preventiva. El resto está en libertad. Entre ellos, el guardia civil L.M., a quien el fiscal acusa de haber puesto a Marronero en alerta sobre un dispositivo policial preparado para frustrar un alijo.

El agente negó haber desempeñado ese papel. Y explicó que únicamente vio a Marronero en el encuentro casual del bar, en Cádiz, donde se lo presentó un amigo común, J.A.P.M., también procesado.

En cambio, ese acusado contó ayer otra versión. Dijo que se encontró un día en San Fernando con el guardia civil, amigo suyo de años atrás y a quien no veía desde hacía años. El agente lo invitó a cenar a su casa un día y le pidió que le presentase a Marronero, que le vendría bien conocerlo para su trabajo, para "ganar medallitas". J.A. explicó que él quería ayudar "al señor guardia civil" y que por eso lo puso en contacto con Marronero. Aseguró también que se mantuvo retirado durante la conversación en el bar.

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