El ondeo de la bandera a cuadros al paso de la Yamaha del italiano Valentino Rossi marcó ayer el principio del final de la celebración de la motorada de 2009 en la provincia, que se saldó en las carreteras gaditanas y en los epicentros moteros de Jerez y El Puerto con dos apuntes clave: más control de tráfico tanto en periferias como en los núcleos urbanos, y menos motos sobre el asfalto que en las últimas ediciones de la gran fiesta de las dos ruedas en el país.

El fin de semana dejó sólo un accidente mortal en las carreteras de la provincia. Un motorista, cuya identidad y edad no han trascendido, falleció ayer a mediodía al colisionar frontalmente el vehículo en el que viajaba con un turismo que circulaba por la A-384 en sentido Bornos, a la altura de Arcos de la Frontera. Hasta el lugar de los hechos se trasladaron una ambulancia y un helicóptero de Emergencias 061 que no pudieron sino certificar el fenecimiento, informaron fuentes del Servicio de Emergencias Coordinadas del 112.

Este accidente se sumó al sufrido el viernes por otros dos moteros en Utrera cuando se dirigían a Jerez, y cierra el capítulo más triste de Gran Premio de Motociclismo, según el balance ofrecido por la Guardia Civil hasta el momento del cierre de esta edición.

Hubo otros accidentes pero de menor entidad. En la carretera CA-3109, en el término municipal de Jerez, un vertido de lodos en la calzada se convirtió en una trampa inevitable para un camión, un coche y cuatro motocicletas. Dos de los moteros resultaron heridos graves, informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno. En la A-2201, en las inmediaciones de San José del Valle, una colisión entre dos motos provocó que otro motorista acabar en el hospital con pronóstico grave; y a última hora de la tarde, otro motorista sufrió diversas fracturas al caer sobre el asfalto de la A-48, a la altura de Tres Caminos.

Las fuerzas de seguridad valoraron el escaso número de fallecidos y accidentes graves en dos jornadas que han puesto en circulación más de 50.000 motos en torno a Jerez, y subrayaron el éxito del dispositivo de control y tráfico desplegado con motivo de la motorada. Los accesos al circuito de velocidad se resolvieron con relativa fluidez a lo largo de la mañana gracias a la llegada escalonada de los aficionados, aunque no se pudieron evitar retenciones de más de un kilómetro. Por la tarde, los desplazamientos se complicaron, aunque la Dirección General de Tráfico (DGT) activó el nivel verde de circulación de todas las carreteras de la provincia alrededor de las seis y media de la tarde.

Harina de otro costal fue la autopista AP-4, cuyo peaje en la localidad sevillana de Las Cabezas registró enormes colas en el masivo retorno pese a estar con todas sus cabinas operativas.

El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo, señaló que "la valoración global es que ha bajado sustancialmente el número de incidentes tanto en Jerez como en El Puerto. "Las medidas preventivas han funcionado", sentenció Saucedo, que se refirió, no obstante, a los problemas sufridos en la madrugada del sábado en El Puerto.

Alrededor de 3.000 personas aprovecharon el ambiente festivo para celebrar un macrobotellón en los aparcamientos del centro comercial Bahía Mar. La Policía Nacional intervino en la concentración y fue recibida con el lanzamiento de diversos objetos. Finalmente, sin emplear material antidisturbios, consiguió despejar el aparcamiento alrededor de las cuatro de la mañana.

En la Avenida de Europa, a la altura de la tienda Decathlon, un individuo lanzó un cóctel incendiario en una rotonda y provocó un fuego que obligó a actuar a los bomberos. Fue imposible localizar al sujeto. Por último, la Policía Nacional y la Policía Local también tuvieron que dispersar una concentración motera en el aparcamiento del parque acuático, informaron fuentes locales.

Las ovejas negras del rebaño motero, conduzcan moto o, sencillamente, aprovechen el barullo para delinquir, pueden agruparse en los siguientes grupos, según detenciones de Policía Nacional y Guardia Civil: 9 detenidos por infracciones contra la Ley de la Seguridad Vial; 9 detenidos por robo; 8, por atentados contra agentes de la autoridad y por desorden público -son los organizadores de carreras ilegales en Jerez-; un detenido por lesiones tras una pelea, y otro, por exhibicionismo. En el circuito, las fuerzas del orden impusieron 52 denuncias por consumo o tenencia de drogas; 10 por portar armas blancas; y 6 por infracciones contra la seguridad vial. Las cifras dan una idea de las dimensiones del fin de semana motero, aún masivo pese al ambiente más tibio de otros años: el circuito acogió a 8.200 espectadores menos que en 2008 hasta las 123.340 personas.

En los centros urbanos de Jerez y El Puerto, normalidad. En la noche del sábado, con varios conciertos incluso simultáneos en Jerez, el dispositivo policial garantizó el equilibrio entre ocio y seguridad, y fueron pocos los moteros que se atrevieron a quemar rueda en las inmediaciones del concurrido parque González Hontoria.

En El Puerto, el mayor control municipal ha provocado que la presencia de motos se concentre en determinados espacios, y no en todo el término, como ocurría hace años. Los visitantes que se adentraron en la Ribera lo han hecho a pie, aunque la calle Larga sí sirvió de intenso paso.

El dispositivo portuense, como el jerezano, se ha caracterizado por la ausencia de incidentes de gravedad y por una mayor eficacia en el dispositivo policial. Todas las fuentes consultadas, a la espera de balances oficiales, coinciden en señalar que la afluencia de motos ha sido menor que otros años. Durante el sábado, la Policía de El Puerto sólo recibió seis llamadas de queja por el ruido. En Cádiz las motos tampoco han rugido con la fuerza de otros años.

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