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Provincia de Cádiz

Dos condenas a floricultores de Sanlúcar por reproducir clavel protegido sin licencia

  • Tendrán que indemnizar con 600 euros a la empresa que desarrolló la variedad utilizada, además de 1.800 euros de multa

Dos sentencias de los Juzgados de lo Penal de Cádiz número 4 y número 5 muy similares han condenado a dos floricultores de Sanlúcar por un delito contra la propiedad industrial, ya que se dedicaban a la reproducción de variedades protegidas de clavel sin la correspondiente licencia. Las sentencias recogen penas de seis meses de prisión para los condenados, multa de 1.800 euros y una indeminización de 600 euros a la empresa que investiga y desarrolla las variedades en cuestión.

Los hechos se remontan a junio de 2009, cuando la entidad Geslive A.J.E. presenta denuncia por el uso indebido de estos cultivos. Dicha entidad es una agrupación de interés económico que se encarga de gestionar licencias de flor, cereal, hortícola y frutal. En el caso de la provincia de Cádiz, se focalizan sobre todo en el sector de la flor cortada, mediante técnicos que hacen el correspondiente trabajo de campo por los diferentes cultivos.

La Guardia Civil inspeccionó entonces las explotaciones denunciadas, encontrando los cultivos en el que se reproducían variedades protegidas de clavel denominadas 'Westdiamond' y 'Westcrystal' y que no contaban con las preceptivas licencias.

Dicha actividad de reproducción de esquejes de clavel consiste, como recoge una de las sentencias, en "la multiplicación mediante la técnica conocida como enraizamiento, efectuado con material de las variedades protegidas de clavel indicadas, para la posterior venta de aquella producción masiva de flores a las empresas del sector".

En este caso, la empresa titular de ambas variedades es West Select BV, por lo que es esta empresa la que cuenta con los "derechos exclusivos y privilegios como los de producción y reproducción, acondicionamiento para la reproducción, venta, comercialización, exportación o importación, e incluso la mera posesión para cualquiera de esos fines", según difunde en una nota Geslive, que lleva a cabo la representación de los derechos de propiedad industrial y que actuó en ambos juicios como acusación particular.

Desde Geslive explican que la empresa West Select BV se encarga de la investigación y el desarrollo de nuevas variedades de flor para conseguir hacerlas más resistentes en el tiempo y a las enfermedades, además de otras exigencias del mercado y adaptaciones al consumidor. Posteriormente son los propios floricultores los que se encargan de su reproducción y explotación tras el pago de las licencias o royalty correspondientes a la empresa titular que ha realizado la inversión.

La abogada de uno de los condenados, Francisca Varela, aclaró ayer que su defendido no se dedica a la producción de la flor desde que se denunciara la explotación en 2009.

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