El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ratificado la condena de cuatros de prisión que la Audiencia Provincial de Cádiz impuso en primera instancia a un hombre por maltratar de manera continuada a su pareja en Algeciras. Se da la circunstancia que el hombre contaba con antecedentes penales por maltrato en el ámbito de la violencia de género.

Según la sentencia, difundida por el gabinete de prensa del TSJA, los hechos se produjeron entre los años 2015 y 2018, el tiempo que duró la relación. Desde el principio, fueron constantes las vejaciones, las humillaciones y las situaciones hostiles.

Él le dirigía insultos tales como “puta, me cago en tus muertos, ahora ponte unos tacones y una faldita y vete a la plaza a putear”. Además, con ánimo de atentar contra su integridad física, con frecuencia le tiraba de los pelos, la arrojaba al suelo y le daba patadas. Asimismo, llegó a echarla de casa en varias ocasiones, dejándola en la calle de madrugada.

Otras veces, mientras afilaba cuchillos, se los exhibía y le decía “éste es para ti, con éste te voy a cortar el pescuezo”, y a continuación la atacaba. Estas agresiones consistían en golpes, empujones, zarandeos, patadas... De hecho, cuando el hombre se enfadaba, y especialmente cuando se hallaba bajo los efectos del alcohol o las drogas, se ponía extremadamente agresivo y violento con ella.

La víctima llegó a denunciar algunas de estas agresiones en el año 2016, pero "por temor a perderlo" y porque él le prometió que no la volvería a pegar, retiró la denuncia y adujo que se lo había inventado, de manera que la relación de pareja se prolongó hasta el mes de agosto de 2018. 

En este contexto de hostigamiento y temor, prosigue la resolución judicial ratificada, se impuso entre ellos un rol de dominación-sumisión. La mujer tenía su voluntad subyugada a los deseos y requerimientos de su pareja, tenía que hacer lo que él mandase hasta el punto de denigrarla. Así, precisa la sentencia, "le tiraba la comida al suelo y le exigía que se la comiera como un perro", al tiempo que empleaba expresiones tales como “venga, cógela perra, con las manos”.

Los hechos relatados y padecidos por la denunciante durante su relación sentimental y de convivencia con el procesado han provocado en ella un cuadro compatible con un trastorno de estrés postraumático crónico con sintomatología compatible con la exposición a situaciones altamente estresantes como el maltratro habitual detallado. Junto a dicho trastorno, se aprecia en ella sintomatología de depresión mayor.