Tribunales Cádiz

Condenado en Cádiz por obligar a una menor a presenciar cómo se masturbaba

  • El procesado intimidaba a la niña con un machete y le decía que iba a matar a su madre.

  • En el juicio, el hombre no solo negó haber abusado de la víctima, hija de su entonces pareja, sino que aseguró que la trataba como si fuese su propia hija.

La Audiencia Provincial de Cádiz, donde se celebró la vista oral.

La Audiencia Provincial de Cádiz, donde se celebró la vista oral. / Joaquín Hernández 'Kiki'.

La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a cuatro años de prisión a un hombre por intentar agredir sexualmente a una menor de edad y obligarla a presenciar cómo se masturbaba al mismo tiempo que la intimidaba con un machete. 

El tribunal de la Sección Cuarta lo ha condenado como autor responsable de un delito continuado contra la libertad sexual compuesto por los delitos de exhibicionismo y agresión sexual intentada contra una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, ya que la denunciante sufrió estos episodios desde que tenía 13 años hasta que cumplió los 15

Durante la celebración de la vista oral, el procesado no solo negó los hechos por los que venía siendo acusado, sino que declaró que tenía muy buena relación con la niña, hija de su entonces pareja. Afirmó que la trataba como si fuera su propia hija

La sentencia, que no es firme y puede ser recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), expone como hechos probados que entre 2013 y los primeros meses de 2015, el ahora condenado convivía con la que en ese momento era su pareja sentimental y la hija de ésta, que a la sazón tenía en tales fechas entre 13 y 15 años. 

Según la resolución judicial, en ese periodo de tiempo y en múltiples ocasiones, el acusado aprovechó los momentos en los que se quedaba a solas con la menor en la casa para desnudarse delante de ella y masturbarse, al mismo tiempo que la obligaba a presenciar dichas escenas, para lo cual la intimidaba con un machete en la mano mientras le decía que iba a matar a su madre o a su perro.

Igualmente, en el mismo periodo de tiempo, el hombre intentó realizarle tocamientos a la niña usando los mismos medios de intimidación, si bien no llegó a lograr su objetivo, pues la denunciante forcejeaba, se resistía y se encerraba en su habitación para evitar que abusara de ella.

"Como suele suceder en este tipo de delitos, en los que no se produce un rastro físico lesivo ni tienen por qué existir restos físicos, y que, por su propia esencia, se suelen cometer en un ámbito discreto en ausencia de terceros, la prueba principal de cargo no es otra que el testimonio de la víctima", argumenta la sentencia.

Pues bien, el tribunal valora que en este caso la denunciante ha mantenido una versión de lo sucedido firme, persistente, coherente y sin contradicciones, además de ser subjetivamente creíble tanto por el modo de expresarla como por estar ausente de exageraciones tendentes a agravar los hechos (reconoce que nunca fue agredida físicamente y que el acusado no la sometió a tocamientos u otras acciones de naturaleza sexual que hubiesen dado lugar a una condena mayor).

En cuanto a la existencia de indicios que corroboren el testimonio de la víctima, está, por un lado, la declaración de la madre. Ella no fue testigo directo de lo ocurrido, pero relató en la vista oral el día que llegó a casa y sorprendió al encausado en la habitación de su hija forcejeando con ella mientras la menor lloraba y gritaba.

Por otro lado, las peritos psicólogas que trataron a la denunciante afirmaron en el juicio que el testimonio de la niña era creíble. Asimismo, corroboraron que la niña presentaba síntomas compatibles con haber sufrido abusos, como sentimiento de culpa, pesadillas, vergüenza, aislamiento social...

Además de la pena privativa de libertad, la Audiencia de Cádiz ha ordenado que el condenado indemnice a la menor en la cantidad de 6.000 euros y le ha prohibido acercarse y comunicarse con ella durante seis años. 

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