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Las intensas lluvias durante la noche del pasado viernes y todo el sábado en el Campo de Gibraltar originaron un reguero de daños e inundaciones con diferentes consecuencias en todos los municipios. Uno de los efectos más llamativos ocurrió en Tarifa, donde la Guardia Civil cortó la Nacional 340 durante dos horas por el desbordamiento del río de La Vega.

El agua caída originó un espectacular crecimiento de los ríos y arroyos de todo el término municipal tarifeño en el que el río -con un mínimo caudal más cercano a un arroyo durante todo el año- adquirió dimensiones considerable. La crecida inundó todo los humedales de La Vega y era la carretera N-340 la que hacía de línea divisoria entre los humedales más alejados y cercanos a la playa de Los Lances.

Durante el día, cuando el río comenzó a crecer y crecer hasta desdibujar su pequeño cauce y revelar un paisaje inusitado desde hace más de 20 años, según los habitantes y vecinos de las zonas inundadas, que se vieron en poco más de tres horas sin la posibilidad de entrar o salir de las viviendas localizadas en La Vega y El Pozuelo.

Cuando eran las 10:30, y ante la posibilidad de que el agua que cruzaba de un lado a otro de la carretera justo por el kilómetro 83, la Guardia Civil de Tráfico ordenaba el cierre de la vía que se prolongó hasta las 12,10 horas en la que los agentes comenzaron a dar paso a los vehículos más pesados, todoterrenos y otros vehículos de tracción alta. No sería hasta pasadas las 12,30 cuando se restablecía la normalidad. Una normalidad que pocos minutos después y ante un auténtico diluvio volvía a interrumpirse y se volvía a cortar el tráfico. Así, con cortes intermitentes en la circulación se mantuvo la carretera durante varias horas hasta que por la tarde recuperó la normalidad.

En la Vega, los bomberos rescataron a un hombre que había quedado aislado en su vivienda ante la crecida del río. En la zona de La Marina, volvieron a inundarse garajes y la carretera de acceso al campo municipal de fútbol, volvió a convertirse en un río.

San Roque, y más concretamente los núcleos de La Estación y Taraguilla, también se vieron muy afectados, quizá más que el pasado 15 de febrero. Como en aquellas fechas, el río Guadarranque se desbordó e inundó calles y entrado en varias viviendas. Sin embargo, la magnitud de la inundación es mayor que entonces, afectando a un área mucho mayor. De hecho, muchos vecinos salieron de sus casas en piragua, y no es una exageración, dado que hasta el paso a nivel de la carretera que va a Castellar desapareció bajo las aguas.

El alcalde, Fernando Palma, se desplazó a la barriada para informarse sobre el terreno y apoyar a los vecinos y a los equipos municipales y de Bomberos y Guardia Civil que trabajan en la zona.