Provincia de Cádiz

La campaña olivarera en la Sierra termina con una caída de precios

  • El precio de venta de la aceituna baja entre el 10 y el 15% y el del aceite de oliva en origen desciende en picado·La producción alcanza este año los 37 millones de kilos de aceitunas, lo que supone un 10% más que en la temporada anterior

Las primeras alarmas en el sector del aceite de oliva en la Sierra de Cádiz han saltado ante la complicada situación generalizada que se vive, en estos momentos, con la caída en picado del precio en origen de este producto.

La zona del olivar de montaña gaditana, dibujada a base de explotaciones familiares, está capeando como puede una serie de vaivenes que podrían poner en jaque la pervivencia de esta importante actividad económica para municipios como El Gastor, Olvera, Zahara de la Sierra, Setenil, Torre Alháquime, Alcalá del Valle, Algodonales, Prado del Rey y Puerto Serrano.

Este recurso local tan importante en el tiempo para las economías de las familias, ligado a unos usos tradicionales y tan determinante para la conservación del medio natural de la serranía gaditana, se está enfrentando a una serie de condicionantes que ha supuesto ya que el precio del aceite de oliva en origen haya caído en los últimos meses hasta un 25 % de su valor, según dice el sector. La crisis económica que ha frenado el consumo doméstico y el excedente del oro líquido que hay en el mercado tienen relación directa con esta bajada. Y por ende, el pago de la aceituna en esta última campaña de recogida, que está a punto de concluir, ha menguado, también, afectando a los bolsillos de los pequeños olivareros.

A todo ello, se une que las bodegas de almazaras y molinos almacenan un importante cupo de aceites del año pasado que no pueden poner en el mercado y que se sumará a la cosecha de esta temporada. Algo, que obliga, dice algunos representantes del tejido industrial serrano, a ajustar precios a la baja que no se veían desde hace unos cinco años. Se suma, además, el incremento generalizado de los costes de producción que siguen en aumento y la cada vez más ancha abertura que hay entre los precios que reciben los agricultores y los que pagan, al término, los consumidores finales.

La Sierra gaditana cerrará esta campaña olivarera con la molturación de entre 36 y 37 millones de kilos de aceitunas, lo que supondrá un 10 por ciento más de producción con respecto a la campaña anterior.

Una recogida, que se inició en noviembre con una climatología adversa que ha mermado, según asegura la Delegación Provincial de Agricultura de la Junta de Andalucía, el rendimiento del fruto pero no su calidad. El rendimiento medio está entre el 18,5 y el 19 %, según datos de la Junta. El sector local habla de dos puntos menos, que también ha influido en el pago de la aceituna.

Por ahora la mayoría de las liquidaciones están pendientes, sobre todo, la de las cooperativas, que no pagarán a sus asociados hasta mediados de año cuando hayan vendido sus aceites. Pero antes del día 1 de enero ya se comenzó el pagó a los agricultores no asociados, que recibieron 0,24 céntimos el kilo. Después de esa fecha, la venta ha estado a 0,30 céntimos y la aceituna que queda en el suelo se ha cotizado a 0,23 céntimos, según los datos que maneja, a día de hoy, la Junta. El delegado provincial de Agricultura, Juan Antonio Blanco, reconoce que este año se está pagando entre un 10 y un 15 % menos por kilo de oliva a los agricultores. La estimación media final del precio de la cosecha se cierra con una horquilla que va desde 0,33 y 0,35 céntimos de euros por kilo.

Esta bajada ha propiciado ya el desánimo entre pequeños olivareros que se quejan de los resultados de la última campaña de recolección. Sostienen que no le han salido las cuentas por lo cobrado por kilo de aceituna. Para algunos, ha sido casi menos de la mitad del año pasado. No les da ni para empezar a pagar los gastos de mano de obra, recogida, poda y limpieza del campo. Incluso, amenazan con no recoger el próximo año sus aceitunas si se vuelve a estos precios. En esta edición ya ha habido propietarios que se han visto obligados a dejarlas en el árbol cuando metieron el lápiz a principios de la temporada.

Está por ver qué pasará con los olivareros asociados que cobrarán la venta de sus aceitunas una vez que las propias cooperativas hagan cuentas. Normalmente, la protección de éstos es mayor, ya que las entidades reparten al final beneficios conjuntos. La media que percibieron el año pasado fue de 0,50 céntimos por kilo.

La Sierra no es ajena al freno del consumo doméstico del oro líquido por la crisis económica que ha tirado las ventas por los suelos. Ni al crecimiento, cada vez mayor, de las superficies olivareras tecnificadas en todas partes del mundo que hacen cuestionar la supervivencia de una actividad tradicional ligada social y culturalmente a los Pueblos Blancos.

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