La vendimia enfila su recta final y el viento de Levante sigue haciendo estragos en la producción de la presente campaña, en la que las últimas previsiones oficiales apuntan a una caída mayor de la esperada, con una cosecha final que rondará los 75 millones de kilos de uva.

La estimación anterior del Consejo Regulador, hace una semana, apuntaba a los 80 millones de kilos, en línea con las previsiones lanzadas por los viticultores a principios de mes, si bien los viñistas independientes de Asevi ya indicaron que la producción final podría oscilar entre los 70 y los 75 millones, como parece que ahora se confirma.

Según el último parte del Consejo Regulador, hasta ayer ya se habían molturado un total de 63,2 millones de kilos en 34 de los 38 lagares inscritos este año. La mayoría de las principales bodegas del Marco de Jerez han dado ya por cerrada la campaña. Eso han hecho, por orden de la fecha de conclusión, José Estévez, Williams, González Byass, Garvey, Osborne, Cerro Viejo (Zoilo Ruiz-Mateos). También han hecho lo propio las cooperativas de Las Angustias y las dos de Trebujena (Albarizas y Palomares), mientras que en las próximas horas está igualmente previsto el cierre en Barbadillo y Beam Global.

Frente a la merma de producción, el viento de Levante ha contribuido a espantar las enfermedades que acompañan a la humedad, con lo que la uva presenta una calidad excepcional -salvo casos puntuales-, al tiempo que ha provocado un aumento de grado, hasta alcanzar ya una media de 12,12º baumé, con una punta de casi 13 grados en Puerto Real.

La mayor parte de la uva que queda por cosechar se adscribe a los lagares de las cooperativas de Chiclana, Chipiona (la Católico Agrícola) y las dos de Sanlúcar (Covisan y Virgen de la Caridad).

Por otra parte, las cooperativas vitivinícolas de Trebujena hicieron ayer un llamamiento a todas las organizaciones de productores del Marco de Jerez para emprender movilizaciones conjuntas ante la crisis de precios y la falta de rentabilidad del cultivo.